Un paraíso del dulce con guiño holandés en el Mercado Ruzafa

Respuesta: Jeroen tiene en su haber varios premios nacionales en Holanda (como el mejor huevo de Pascua de chocolate o el premio nacional del público 2001 y 2002 a la mejor figura de chocolate) y ostenta como repostero un alto honor en su país: la llamada vaina de vainilla de plata, un reconocimiento al que ha ido sumando otras distinciones ya en Valencia. Por ejemplo, los dos terceros premios al mejor roscón (el tradicional sin relleno y el de innovación, que lo relleno de crema de avellanas, una especialidad del este de Holanda) o el segundo premio a la mejor mocadorá en el 2014. Su mejor baza consiste no obstante en la calurosa acogida que recibe de su parroquia. «La gente ha valorado la calidad del producto y el buen hacer de inmediato», explica Carolina: «Estamos muy contentos, porque de lo que se trata es que el público te valore y Jeroen siempre llega al público».

La razón de su éxito estriba con seguridad no sólo en su admirable técnica pastelera, sino en ese guiño diferencial que procede de su habilidad para introducir el recetario propio de su tierra. «Hace recetas distintas», dice Carolina sobre Jeroen. «Le da un toque especial, a su estilo, a las recetas de toda la vida. Aunque te hace los mejores roscones, las mejores empanadillas, la mejor coca en llanda, los mejores buñuelos de calabaza o els millors pastissets de boniato», prosigue, «siempre lo mejora». «Eso es algo muy típico del carácter holandés», añade. Y menciona a continuación dónde reside ese elemento distintivo de su oferta: en la manzana. «La manzana le puede a Jeroen, es nuestra especialidad». confiesa Carolina. «Tenemos cinco clases de tarta de manzana y podemos hacer muchas más. O la tarta de cerezas, los pastelitos de almendra, los panes holandeses de harinas integrales, el savarín, las tartas decoradas… Y sus bombones y chocolates, claro». De hecho, cuando se le pide que mencione el pastel emblema de su casa, no duda: «El crumble de manzana es nuestra estrella».

No obstante, Carolina recalca también la excelencia de otras creaciones de Jerone. Cita de nuevo la mona de chocolate («La Pascua es nuestra época favorita porque hacemos infinidad de monas de chocolate») y se detiene explicando el secreto que por ejemplo encierra su pastel de zanahoria: «El único misterio es hacerlo todo en su justa medida, desde los ingredientes a los tiempos de cocción». Y un ingrediente único, claro: «Las manos del pastelero». Una respuesta que vale también para descubrir las particularidades de su exquisito tiramisú. «No se trata tanto de la receta sino de la técnica de elaboración. La receta es la misma para todos, pero el amor al oficio de Jeroen es lo que hace ese tiramisú diferente a los demás».