Los secretos del vino valenciano que hizo disfrutar al Rey

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En la cooperativa confiesan que se enteraron de la noticia gracias a este periódico. Leyeron en LAS PROVINCIAS que Felipe VI había probado sus vinos y ahora, mientras subrayan su satisfacción por semejante acontecimiento, explican de qué vino estamos hablando. Su Venta del Puerto 18, hermano del Venta del Puerto 12, es el clásico vino de Terres dels Alforins, envejecido en barrica francesa durante 18 meses. De ahí su apellido, realzado desde que el Rey lo probó: un espaldarazo mayúsculo para una bodega que se fundió en 1945, convertida con el paso del tiempo en uno de los principales productores de la Comunitat Valenciana. «Somos un motor socio-económico en la zona», recalcan sus responsables, que presumen de contribuir a la sostenibilidad del territorio. «Más de 75 años después», señalan desde la cooperativa, «la semilla que plantaron nuestros fundadores se ha convertido en un gran árbol». 

Un árbol muy frondoso y fértil. La bodega dispone de 300 socios, que aportan su cosecha de uva, y cuenta con unas 2.400 hectáreas de viñedo localizado principalmente en los términos de La Font de la Figuera, Fontanars dels Alforins y Moixent: son las tres localidades de la provincia de Valencia que juntas componen el triángulo que conforma Terres dels Alforins, un enclave del cual Bodega La Viña gestiona gran parte de las hectáreas de viñedo para elaborar sus vinos tintos, blancos y rosados de excelente calidad. Además, se ocupa de otros cultivos, como olivo, almendro, cereal y algo de frutal que coexisten junto al principal, el viñedo.

No son, por lo tanto, unos vinos cualquiera. Vienen al mundo luego de profundizar en el vínculo de la zona con el cultivo de la vid, «que se remonta a la época romana e íbera», como recuedan en la bodega. De aquel pasado resisten en la actualidad numerosos vestigios, que conviven con la realidad que se ha forjado hasta la actualidad: un notable crecimiento del cultivo de viñas que depara una fisonomía muy singular, con la práctica totalidad de las viviendas del núcleo urbano de la Font de la Figuera albergando bodega propia de elaboración y también para almacenaje desde principios del siglo XX.

Pasado, presente y futuro. Los vinos de La Viña, que se pueden degustar aprovechando que la bodega ofrece visitas de enoturismo, se proyectan también hacia un horizonte que los responsables de la bodega juzgan prometedor, porque al resplado hacia sus raíces unen su vocación por divulgar las bondades de la tradición vitivinícola de un territorio, el de Terres dels Alforins, «donde el vino no es una manera de subsistir, sino una forma de entender la vida». Un paisaje envidiable, maravilloso. Unos vinos a su altura. Todo esos intangibles atributos caben en las botellas que tienen desde la semana pasada un admirador en el Palacio de la Zarzuela.