ada dasí
Beniparrell
Martes, 28 de septiembre 2021, 00:11
El episodio de lluvias de noviembre del año pasado ha marcado un antes y una después para los empresarios ubicados en el polígono industrial Vereda ... Sur de Beniparrell, donde se registraron pérdidas millonarias tras el desbordamiento del barranco de Picassent a su paso por esta zona ubicada entre las vías y la Pista de Silla.
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Miguel Selvi es el gerente de la empresa que está situada en primera línea frente al barranco desde 1974 y fue una de las que necesitó la evacuación de sus trabajadores la tarde del 5 de noviembre de 2020. Los daños materiales alcanzaron el millón de euros y estuvieron casi un mes sacando barro de la nave para poder recuperar la actividad.
La situación no ha cambiado nada, al contrario, tal y como alerta "la vegetación ha vuelto a crecer y las cañas lo invaden todo". Por ello, el temor a que vuelve a repetirse aquel suceso aumenta la incertidumbre y ha provocado que muchas industrias se plateen seguir su actividad en este sector de Beniparrell.
Nada más ocurrir las inundaciones, Miguel trasladó los hechos al Ministerio para la Transición Ecológica en un escrito en el que explicaba "la diferencia que hemos observado en la capacidad del barranco", como los sedimentos que han ido depositándose con el paso de tiempo y el crecimiento desmesurado de la vegetación.
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Además, recordaba que hace una década, el pastoreo de varios rebaños mantenía el control de la misma. La respuesta fue que la competencia corresponde a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y hasta el momento no ha sabido nada más.
Aunque son conscientes de que están junto a un barranco, sus peticiones se centran en "ahondar ese cauce al menos hasta el nivel original y que procedan a limpiarlo porque de lo contrario estamos en una situación de riesgo permanente", resalta, al tiempo que explica que "no se puede seguir construyendo sin adaptar las infraestructuras". También añade que nunca antes se había producido una inundación de estas dimensiones.
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El bar Berna fue otro de los damnificados del desastre del año pasado. A pesar de ello, su propietario, Manuel Berna, ha conseguido remontar la situación no sin mucho esfuerzo tanto económico como psicológico y es uno de los que ha cobrado la indemnización por el seguro que no ha sido suficiente para cubrir todo lo perdido. "Las empresas siguen teniendo miedo a que se repita lo del año pasado" asegura, "y algunas se han ido".
En el interior del local, un zócalo de madera recuerda el nivel que alcanzó el agua, cerca de un metro y medio, y guarda como oro en paño la única copa de cristal que sobrevivió al incidente. Cada vez que llueve, Berna no puede evitar desplazarse hasta el restaurante para comprobar que todo va bien.
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Desde la Asociación de Empresarios local, Aembe, siguen defendiendo la necesidad de que se realicen las intervenciones necesarias en el barranco para que no se vuelva a desbordar y apoyan el informe que el Ayuntamiento trasladó a la CHJ con las posibles soluciones. Entre ellas, ampliar hacia abajo los marcos de hormigón del puente de la Pista de Silla (V-31) y modificar las motas del cauce del barranco de Picassent que provocó la inundación, con una ampliación en el polígono industrial afectado.
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