Marcos Sánchez
Valencia
Sábado, 7 de diciembre 2024, 01:34
Batacazo del Levante, que desaprovecha una oportunidad de oro para ponerse en los puestos de ascenso directo, y Julián Calero lo sabe. No le ha gustado nada cómo su equipo ha gestionado los minutos finales, ya que les han remontado en menos de seis minutos.
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«Esos últimos minutos no los hemos manejado bien, nos ha afectado anímicamente, y estoy cabreado. Cómo no has aguantado bien ese tirón final, pues pierdes. Creo que hemos hecho igualmente todo para ganar en los primeros 80 minutos. Te vas muy cabreado porque lo hemos tenido mejor imposible para ganar».
Sin poner excusas, el técnico madrileño ha explicado que gran parte de su equipo ha sufrido una epidemia de fiebre, que ha terminado condicionando el partido y los cambios, ya que algunos jugadores, como Pablo Martínez, no estaban en su plenitud física.
«Hemos tenido una epidemia de fiebre, hemos jugado con muchos jugadores con gripe. A Pablo le ha afectado mucho, y a partir de ahí hemos tenido que meter fuerza en el centro del campo. Cuando hemos marcado el gol, hemos dejado de hacer las cosas que estábamos haciendo bien y hemos sido más directos. Tenemos más cosas que tirar para arriba. Estos puntos de hoy ya no vuelven, y es una pena perder el partido».
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Calero también explicaba por qué ha tenido que hacer ciertos cambios, como el de Carlos Álvarez, que tenía amarilla. Según él, el partido se podía perder de dos formas: por una expulsión inesperada o por el balón parado.
«El problema era que Carlos y Algobia tenían amarilla, y yo tenía la sensación de que el partido se nos podía escapar en jugadas de balón parado o por alguna expulsión. Me he tenido que fijar para darle fuelle al equipo. Ha entrado Iborra, que estaba listo para 15 minutos. No ha salido bien, pero hay que levantar la cabeza y tirar para adelante».
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Panichelli, quien les ha dado la victoria tras un gran cabezazo a bocajarro, había sido prácticamente neutralizado hasta esa acción. Calero ha analizado que el empate les vino muy mal, ya que perdieron la concentración y la tranquilidad, y el partido les sobrepasó.
«Él también estaba cansado, le hemos cerrado esas vías. Le hemos tapado muy bien porque sabíamos qué tipo de jugador es. Cuando te han empatado, hemos perdido la calma. Si no puedes ganar, no pierdas, es una ley no escrita del fútbol. No hemos estado bien en esas dos acciones de los goles. Nos hubiéramos ido muy bien y con una situación muy fantástica».
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También se ha mostrado triste y empático con todos aquellos levantinistas que se han desplazado 500 kilómetros y han visto perder a su equipo, cuando en los primeros 80 minutos había sido el claro dominador del partido y todo apuntaba a una noche feliz.
«Las heridas duelen, y esta, pues porque creo que ha sido bastante injusta. En el fútbol no te puede condicionar lo que te ha pasado hoy, sino seguir para adelante. Me ha dado pena por la gente que ha venido, porque el equipo estaba haciendo un partido serio. Se nos ha ido yendo el partido con la falta de fuerza, con la gente que tiene la gripe. Te vas con mal sabor y mal gusto»
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