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«La vida me ha golpeado fuerte. Podía haberme pegado un tiro o mirar al cielo y crecer. Elegí la segunda opción». Estas fueron palabras ... de Manolo Preciado en el pasado. Con esta cita perfectamente aplicable a la coyuntura económica y deportiva del decano valenciano, debe servir para demostrar que la vida y sobre todo el fútbol es capaz de garantizar nuevas oportunidades. Durante los últimos años no se han seguido los pasos más acordes para rematar un buen trabajo, pese a quedarse con la miel en los labios una vez. Pero ahora, todos a una y sin mirar más allá de la jornada del mañana, es el momento de culminar el retorno a Primera División.
El técnico cántabro dejó un recuerdo inigualable en los dos conjuntos que se enfrentan en el Ciutat de Valencia. En esa hazaña granota de 2004, con unos futbolistas humildes pero repletos de ambición, el Levante UD logró un ascenso cuando no partía entre los favoritos de las quinielas. Previamente, gracias al Racing, Preciado había iniciado su andadura en los banquillos, para años más tarde volver a dirigirlos en la élite. Ahora en los tiempos presentes, en un perfil de plantel muy similar y aún con más limitaciones, como si el destino estuviera escrito, se junta a Levante y Racing por un sueño en común.
Dos términos resuenan en la cabeza de todos, ascenso directo y liderato, si bien ambos se pueden unificar y ser solo uno. Porque quien salga con un triunfo del Ciutat de Valencia, podrá decir abiertamente que logró tres puntos de aúpa y psicológicos, si bien la vida no se acaba en caso de no conseguirlo, pero cada jornada ya cobra un cariz mayor y casi determinante debido a que el resto de perseguidores parten con una mínima desventaja detrás de ellos. Tan solo el Elche a estas alturas es mejor de forma provisional. Además, el gol average es otro aliciente, con un primer duelo saldado con mínima desventaja para los azulgranas.
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Echando la vista atrás, la última vez que el Levante cantó victoria en casa contra el conjunto santanderino fue en la temporada 2010-11. Era el inicio de los buenos tiempos para los levantinistas y el principio de una pesadilla para un Racing que a partir de entonces fue cayendo al barro. La dupla de galones que pocas veces formaron en conjunto Felipe Caicedo y Stuani coincidieron y en una parte liquidaron el partido con tres goles anotados.
Por la calidad de Carlos Álvarez y la versatilidad de Kocho, en el primer encuentro una vez oficializado su traspaso al Sporting Club de Portugal, pasa buena parte de las opciones para que los granotas continúen casi intratables en su feudo, que precisamente conquistó el otro Racing de la categoría, el de Ferrol. El tropiezo del pasado sábado en Almería quiere recordarse como una mera anécdota y tan solo Ignasi Miquel, consecuencia del ciclo de amonestaciones, y Algobia, por su enésima lesión muscular, serán las únicas ausencias para el equipo de Julián Calero.
El Racing, que arrancó el curso de forma intratable y distanciado en un liderato provisional, dejó escapar esa distancia y por momentos las dudas invadieron a los de El Sardinero. Actualmente, el equipo dirigido por José Alberto López se ha repuesto de todos sus males y pisa de nuevo bien fuerte el acelerador. Es otra vez ese equipo sólido en ataque y consistente atrás, que en Andrés Martín tienen su gran filón. Montero e Íñigo Sainz-Masa son sus bajas confirmadas.
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