Un reencuentro especial 14 años después

Aquel día, aunque en el Ciutat, el levantinismo estalló de júbilo volviendo a la élite —mientras el Castellón bajaba a Segunda B iniciando un periplo por los infiernos que le llevaría hasta la Tercera División— tras batir a un rival con el que tras el paso de los años se ha dejado a un lado la rivalidad y se han estrechado lazos de hermandad y compañerismo. Prueba de ello son las cesiones que Giorgi Kochorashvili y Fabrício Santos tuvieron en el curso 2022-23 en Castellón, donde terminaron de formarse como profesionales, adquiriendo minutos de nivel en Primera RFEF antes de enfundarse definitivamente la camiseta del primer equipo del Levante, en el que se han convertido ya en piezas importantísimas, y en el caso del georgiano, en internacional.

En el presente, catorce años después de aquel ascenso, ambos equipos de la Comunitat se reencuentran con realidades muy distintas. Ambos vienen un buenas dinámicas ascendentes: los granotas son uno de los candidatos al ascenso tras la llegada de Julián Calero al banquillo y los orelluts son la revelación de la categoría de plata con su revolucionario y atípico proyecto basado en el 'Big Data' de la mano del propietario Haralabos Voulgaris y el técnico Dick Schreuder. Con una columna vertebral basada en los Países Bajos y una mezcla de veteranía y juventud, el Castellón pasó por encima de todos el curso pasado en la categoría de bronce y no le ha afectado el cambio de categoría. Es más, el apoyo de Castalia, siempre lleno a rebosar, les impulsa a pensar en algo más que una simple permanencia.

«Es un equipo atrevido, pero es una palabra que se puede interpretar de muchas maneras. Es capaz de irte a la presión muy alta y hacer duelos hombre a hombre, pero también es capaz de juntar mucha gente por dentro. Es capaz de correr y transitar y es un equipo muy atractivo de ver, porque asume que todo lo positivo que tiene puede traerle alguna rémora, pero lo asume con una naturalidad increíble. Y eso le da un mérito tremendo y eso es fruto del convencimiento del entrenador. Ya el año pasado fueron campeones con mucha distancia y en este están siendo la sensación de la categoría. Son un equipo valiente», comentó Julián Calero en rueda de prensa.

El partido ha sido declarado de alto riesgo, algo habitual en derbis regionales donde se espera un gran desplazamiento de aficionados, a pesar de que en este caso, ambas hinchadas están hermanadas y el buen rollo reina entre granotas y orelluts. «Lo de alto riesgo siempre se hace por la cercanía y el traslado de aficiones, pero yo creo que son dos aficiones hermanas, que tienen respeto el uno por la otra, y por tanto no debe suceder nada. Yo lo que digo es que es un partido precioso para verlo, competirlo y disfrutarlo. Luego veremos qué resultado se da», espetó Calero al respecto. Sin duda, un derbi que se echaba mucho de menos.

CD Castellón: Crettaz, Mamah, Chirino, Jiménez, Willems, Sánchez, Gil, Calatrava, Van den Belt, Aurélio y De Miguel.

Levante UD: Andrés, Navarro, Dela, Elgezabal, García, Rey, Martínez, Kochorashvili, Lozano, Álvarez y Morales.