«El eje básico era Camps», asegura el número dos de la trama Gürtel

El expresidente Camps ha sido protagonista de principio a fin de las declaraciones de los cabecillas de la Gürtel. De principio a fin de la sesión, literalmente. Antes de comenzar, el exdirigente del PP ha realizado unas declaraciones negando cualquier tipo de insulto a Correa la vista. Antes de retomar la declaración de Pablo Crespo, la defensa de Camps ha intentado que se suspenda por considerar que se habían publicado informaciones este fin de semana que estaban vinculadas a «hechos sustanciales». El tribunal lo ha rechazado «de plano». Así pues, Correa tomó la palabra para incidir en lo mismo que Correa durante el primer día de declaraciones: que Álvaro Pérez, el Bigotes, tenía una relación muy próxima con Camps y por eso las empresas de Gürtel pusieron el foco en la Comunitat.

«El eje básico era Camps. Nos ayudaba a sortear problemas. Nuestra ventaja comercial es que íbamos introducidos por Camps, ya no sólo por su influencia jerárquica, sino también moral. Decidimos ir a Valencia por esa facilidad. Si a Pérez lo recibían (en la Generalitat) era por la buena relación con Camps que todo el mundo conocía», ha declarado Pablo Crespo, el considerado como «número dos» de la trama, a preguntas de la Fiscalía.

La defensa de Camps, a pesar de que Crespo se negó a contestar a nadie más allá del ministerio público y su defensa, intentó manifestar sus preguntas, ante lo cual el juez de la Audiencia Nacional rechazó el deseo del letrado del expresidente de presentar documentación. La relación entre el tribunal y la defensa de Camps es excepcional, en el sentido de la cantidad de ocasiones que se cruzan peticiones sistemáticamente rechazadas por la presidencia de la Sala.

El letrado que representa al exjefe del Consell ha peleado para dejar constancia que las declaraciones de Crespo realizadas esta mañana se contradicen con las realizadas el 28 de enero de 2019, en otro momento de los juicios de la trama, en el juzgado de Instrucción 5 de la Audiencia Nacional, cuando Crespo recordaba que a Pérez se le consideraba un «fanfarrón», porque «como buen comercial, realza su producto más de lo que vale, vende su producto. Si tenía cercanía o amistad con el señor Camps no lo sé». El conocimiento o la cercanía entre ambos, la profundidad de la relación o la existencia de una ventaja competitiva, son puestas en duda por la defensa del expresidente.

Tanto la Fiscalía como la defensa de Crespo le han preguntado al número dos de la trama si se ha visto coaccionado de algún modo para realizar sus declaraciones, o si ha recibido un trato de favor para señalar a Camps.

«Asumo de manera sincera mis responsabilidades. Otra cosa es que yo me haya defendido. Tengo derecho a cambiar. La prisión me ha influido y creo que he cambiado para bien. Lamento mucho lo que hice y no me beneficia en nada lo que he declarado. Creo que hicimos cosas que no se tenían que hacer y estoy pagando lo que me toca. Es duro vivirlo y decirlo pero es así», ha señalado Crespo.