Compromís se suma a la oposición en el reproche a Puig porque Sánchez no soluciona la financiación

La falta de financiación en la Comunitat Valenciana ha servido como nexo de unión esta mañana en la sesión de control al presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, entre la oposición y Compromís. Los nacionalistas han mostrado similar desencanto que el bloque de la derecha frente al modo en que el Gobierno aplaza 'sine die' la reforma de un sistema de reparto de fondos autonómicos que perjudica principalmente a la Comunitat.

El jefe del Consell se ha escudado en los fondos vinculados al Covid para asegurar que la actitud del Gobierno central ha cambiado con Sánchez al frente del Ejecutivo respecto al tiempo en que Moncloa contaba con un presidente del PP. Puig, en cualquier caso, ha evitado ofrecer algún dato, un plazo, un calendario, relacionado con la solución de un problema que durante la legislatura pasada se convirtió en el eje central del argumentario del Consell.

El portavoz de Compromís en Les Corts, Fran Ferri, ha ironizado con que el Gobierno se parapeta en una frase del humorista José Mota («hoy no, mañana») para demorarse en la presentación de una propuesta para contar con un nuevo modelo de financiación. Ferri, en su pregunta al presidente de la Generalitat, ha cuestionado la «lealtad institucional» del Ejecutivo central con el Consell a la hora de resolver el problema del reparto de fondos. «Ahora ponen de excusa la pandemia. Esto no va de partidismo. Baldoví (el diputado nacional de Compromís en el Congreso) ya propuso ayer una moción conjunta. Si no se reforma pronto, estarán incumpliendo con Compromís y con los valencianos», ha resaltado Ferri al dirigirse a Puig, en relación al pacto firmado entre los nacionalistas y el PSOE para que la coalición nacionalista votase a favor de la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno en enero de 2020.

Las críticas de Ferri han ido en la misma sintonía que las del PP o Ciudadanos, que igualmente han recordado la indefinición del Gobierno central y la escasa capacidad del Consell para evitar la infrafinanciación de la Comunitat.

«¿Para cuándo?», ha preguntado insistentemente la portavoz popular en Les Corts, Isabel Bonig. «Dónde quedaron las pancartas, las camisetas, la plataforma Finançament Just, dónde están», interrogó la presidenta del PPCV, quien lanzó una disyuntiva sobre Puig: «O es usted un mentiroso compulsivo o no pinta faba; o lo peor: las dos cosas». Desde Ciudadanos, Ruth Merino también recordó las promesas incumplidas y los plazos anunciados y sistemáticamente caducados. Merino acusó a Puig de «tibio» en su defensa de la Comunitat frente al Gobierno central, y consideró que la «financiación ha sido la moneda de cambio para votos nacionalistas e independentistas mientras los valencianos están secuestrados».

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, no ha podido replicar con algún tipo de solución de la infrafinanciación. Ha asegurado que se trata de un asunto muy complicado por la necesidad de contentar a todos los territorios, y en este sentido ha lamentado la falta de colaboración del PP.

El jefe del Consell ha enumerado de manera reiterada los fondos para paliar las consecuencias del coronavirus que se transferirán desde el Gobierno central a la Comunitat, algo que el diputado popular Rubén Ibáñez ha considerado una ficción porque todavía no se han transferido. Puig ha subrayado el «cambio de actitud» del Gobierno central respecto al problema de la financiación valenciana por considerar que esas carencias de fondos se han compensado con los Presupuestos Generales del Estado y transferencias vinculadas a los fondos anti-Covid.

El presidente ha recalcado que este Gobierno reconoce la infrafinanciación de la Comunitat en contraposición con la actitud de Cristóbal Montoro, el que fuera ministro de Hacienda durante la etapa del popular Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. Lo cierto es que Montoro osciló entre reconocer esa infrafinaciación y rebajar la importancia de la misma, si bien en la última etapa del Gobierno de Rajoy ya se reconocía ese perjuicio de los valencianos, aunque se consideró que era un problema excesivamente complejo para resolverlo en mitad de un periodo de sucesivas elecciones.