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Se mire como se mire, del derecho o del revés. La situación financiera de la Comunitat Valenciana es crítica. Lo es por el déficit -3. ... 847 millones de agujero en 2022-. Lo es por la deuda -55.400 millones hasta el primer trimestre de 2023-. Lo es por el saldo patrimonial -negativo por 3.206 millones-. Y lo constata Fedea en cada uno de sus informes.
El que se ha conocido este lunes corresponde a los saldos presuipuestarios de las CCAA, es decir, a las diferencias entre ingresos y gastos, correspondientes a los años 2022 y 2022. Los dos últimos ejercicios cerrados y además dos años críticos, con la herencia de la pandemia y la crisis económica.
Fedea -Fundación de Estudios de Economía Aplicada- analiza no sólo esos saldos presupuestarios, sino también el saldo estructural, es decir, el que resulta consecuencia de apartar de ese resultado los efectos del ciclo. Es decir, «es el saldo que refleja las decisiones discrecionales de gastos e ingresos adoptadas por los gobiernos».
Y para la Comunitat Valenciana el resultado es... tan negativo como siempre. La entidad que dirige el profesor Ángel de la Fuente sitúa el saldo presupuestario valenciano en 2021 en el -1% del PIB, diez veces mas que la media de todas las regiones españolas (-0,1%). Y el de 2022 es casi tres veces peor (-3,1% de PIB) de diferencia entre ingresos y gastos.
En 2021 la Comunitat es la segunda peor de todas las regiones españolas (Murcia se va al -1,4%). En 2022 ni siquiera esta región supera los números rojos valencianos que, obviamente, es también la que presenta la peor evolución del saldo presupuestario -la diferencia entre uno y otro ejercicio-.
Sin novedad hasta aquí. El estudio de Fedea calcula entonces el impacto del ciclo, definición en la que incluye la liquidación del sistema de financiación autonómica, las medidas de apoyo frente al Covid y las operaciones y/o medidas no recurrentes.
Descontadas las operaciones no recurrentes se obtiene el saldo estructural de las CC.AA. Y el de la Comunitat Valenciana es negativo en 2021 (-1,4%) y también en 2022 (-1,5%). De hecho, la media del saldo estructural de las CCAA es del 0,2% del PIB -en positivo-, mientras que el de la Comunitat no sólo no es positivo, sino que es negativo (-1,5%).
Finalmente, Fedea también calcula el impacto que hubiera tenido una liquidación de 2022 un 30% inferior a la estimada por el hecho de que ésta se sustentara, en parte, en un crecimiento extraordinario de los ingresos hasta 2022. En este caso, como el dato de la Comunitat es tan netativo (-1,5%), reducirlo una tercera parte no altera en exceso el resultado final (-2,1% del PIB). Poco que ver con el -0,2% del PIB de la media de todas las autonomías.
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