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El conseller Vicent Soler saluda a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. EFE

El Consell devuelve al Gobierno la mitad de ayudas antiCovid tras no poderlas repartir entre las empresas

Las duras condiciones impuestas por el Ministerio de Hacienda impiden conceder 335 millones de los 647 que Montero asignó a la Comunitat para paliar los efectos económicos de la pandemia

burguera

Sábado, 1 de enero 2022, 18:02

La Conselleria de Hacienda no pudo dar salida ni a la mitad del montante de las ayudas que el Gobierno central dijo poner a disposición de las empresas valencianas el año pasado con el fin de paliar los efectos del coronavirus en la ... actividad económica. La Generalitat tramitó subvenciones por un total de 312 millones de euros de ayudas directas a 16.250 empresas y personas autónomas, según fuentes de la conselleria. El pasado mes de marzo, se conoció la orden del Ministerio de Hacienda por la cual la Comunitat recibiría 647 millones de euros de los 7.000 millones de ayudas directas aprobado por el Gobierno para apoyar a las empresas de los sectores más dañados por la pandemia del coronavirus. Se han otorgado el 48%, ni la mitad. De modo que 335 millones de euros se vuelven por donde vinieron, vía Gobierno central. Nadie puede sentirse sorprendido. La Conselleria lo sabía, los empresarios, las firmas especializadas lo advirtieron... pero las condiciones de acceso impuestas por el Gobierno central no se modificaron lo suficiente, de tal modo que pymes y autónomos de la Comunitat se han quedado fuera o apenas han podido recibir ayudas testimoniales.

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El conseller Vicent Soler reitera a través de un comunicado que, con las tres convocatorias (se fueron modificando los requisitos, aunque no se mejoraron lo suficiente), «la Generalitat ha hecho un esfuerzo para que el mayor número posible de empresarios y empresarias que cumpliesen con los requisitos establecidos pudiesen beneficiarse de estas ayudas, al flexibilizar al máximo permitido la normativa estatal». El responsable de Hacienda de la Generalitat lamenta que debido «a los estrictos criterios del Real Decreto, no haya podido concederse más importe de ayudas y llegar a más empresas». De hecho, la Comunitat fue de las primeras en abrir a todos los sectores económicos estas ayudas, según señalan desde la conselleria, que destaca que la Administración valenciana «ha acabado siendo una de las que tiene requisitos más flexibles como la apertura a empresas con pérdidas en 2019 o la posibilidad de incluir todos los costes fijos».

Soler recuerda que «la crisis no ha acabado para las empresas y, por tanto, el Gobierno debe garantizar ahora que los recursos disponibles para el tejido productivo lleguen a nuestras empresas y autónomos», por lo que insiste en la necesidad de que se alargue el plazo de estas ayudas hasta el 30 de junio de 2022, tal y como permite el marco estatal.

Al margen de una cuestión de tiempo, las ayudas también son poco operativas por otro tipo de circunstancias. Por ejemplo, empresas pequeñas que podrían recibir subvenciones en torno a los 4.000 euros... pero para ello precisan de realizar cálculos complejos ante lo cual requieren la ayuda de consultoras o auditoras que, por trabajos de ese tipo, demandan desembolsos que minimizan el beneficio real de intentar solicitar unas ayudas diseñadas para empresas de tamaños y perfiles muy distintos a los de muchas pymes. Fuentes del sector advierten, por ejemplo, de que es obligatorio que el autónomo o la empresa que optase a esas ayudas tuviera certificado electrónico. En el caso de los autónomos que no están obligados a relacionarse con la Administración con ese certificado, era casi imposible conseguirlo en los tiempos fijados para acceder a las ayudas, y más cuando dos de las convocatorias se realizaron en agosto o entorno al puente de diciembre. La propia burocracia gubernamental impedía acceder a las ayudas gubernamentales. También había trabas en el plano financiero, según indica un asesor empresarial, ya que algunos bancos no han contemplado trabajar con los créditos ICO que se amorticen anticipadamente y si se recibía la ayuda y había pendiente un crédito del ICO otorgado por el Covid era obligatorio amortizar el préstamo. En definitiva, que el terreno se acotó tanto por parte del Gobierno que no había espacio para que las empresas y autónomos pudieran beneficiarse de las ayudas.

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