El Consell se topa ya con los retos de la gestión

Luces y sombras. Tras 40 días de mandato, Mazón cumple con sus compromisos electorales con una rebaja fiscal y la reducción del gasto político

Mireia González

Domingo, 27 de agosto 2023, 23:59

Este domingo se cumplen 40 días del nombramiento de los consellers que dirigen junto a Carlos Mazón el nuevo Gobierno valenciano. Estos altos cargos conforman los pilares sobre los que se sostiene toda la administración valenciana, de ahí su importancia y la necesidad de ... que se efectuara un traspaso de carteras lo antes posible como sucedió.

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Antes de coger el testigo de la Generalitat los populares aseguraron que comenzarían a gobernar «desde ya», no importaba que fuese en los meses de verano y daban igual las olas de calor. El Consell ha tenido tiempo para asentarse en el cargo y revisar en qué estado se encontraba cada departamento. Pero las necesidades de la sociedad valenciana no esperan y los consellers ya se han topado con las primeros retos de gestión de la legislatura.

Ha trascurrido también poco más de un mes desde que Mazón asumiera el cargo de president tras ganar las elecciones autonómicas del 28 de mayo y desbancar así a Ximo Puig después de ocho años de Gobierno en coalición con Compromís y Podemos. El dirigente popular, en el nuevo Ejecutivo que forma junto con Vox, propuso una serie de compromisos esenciales que según valoraron desde el PP, «se están cumpliendo». Pero han habido luces y sombras.

Mazón comenzó el mandato anunciando la primera medida aprobada por el Consell: la bonificación de los impuestos de Sucesiones y Donaciones, un compromiso del propio presidente durante toda la campaña electoral. Esto supuso la eliminación del denominado 'impuesto de la muerte', es decir, lo que se pagaba a Hacienda cuando se heredaba. Esta iniciativa se estudió por parte de la conselleria de Hacienda y Economía a cargo de Ruth Merino. Se valoró que esta rebaja fiscal se dejarían de ingresar poco menos de 400 millones de euros que suponían el 1% del presupuesto.

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RUTH MERINO: CONSELLERÍA DE HACIENDA Y ECONOMÍA

La cartera de Hacienda es una de las más importantes y delicadas, es por eso que había mucha expectación sobre quién estaría al frente. Mazón sorprendió a otorgándosela Merino, quien hasta hacía unos meses era la portavoz de Ciudadanos en Les Corts. A pesar de ello Mazón puso en sus manos las arcas públicas de la Generalitat fijándose en su trayectoria profesional como técnica de Hacienda del Estado. La designación generó reacciones por parte de algunos compañeros de en su antiguo partido quienes consideraron el nombramiento como «el premio de la traición».

La consellera no tenía un trabajo fácil. Cogió la cartera de Hacienda y con ella más 55.000 millones de deuda valenciana que dejaba atrás el Consell del Botánico. Una herencia que es «una dificultad añadida para la gestión» del nuevo gobierno como han defendido desde el PP. La propia consellera también admitía que iba a ser «difícil de cuadrar las cuestas sin una reforma de la financiación» que el Consell tendrá que pedir al que sea nuevo presidente del Gobierno de España.

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Sin embargo, aún quedan por nombrar bastantes cargos del tercer escalón de esta conselleria. Es la propia Merino quien los elige y al parecer aún sigue buscando a las personas adecuadas. Pero este retraso no puede dilatarse mucho más si se busca un buen funcionamiento. Restan por nombrar cuatro directores generales: Economía, Financiación, Patrimonio y de la Intervención. A parte faltaría nombrar al director del Instituto Valenciano de Estadística.

A parte, la consellera ha compaginado durante este primer mes su responsabilidad al frente de Hacienda con su labor como portavoz del Consell, siendo la cara visible del Ejecutivo ante los medios de comunicación. En su agenda disponible en el portal de transparencia de la Generalitat consta que ha asistido a seis reuniones con alcaldes o presidentes de organismos además de asistir a plenos del Consell y reuniones que secretarios autonómicos y directores generales de su conselleria.

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SUSANA CAMARERO: CONSELLERÍA SERVICIOS SOCIALES E IGUALDAD

Una cara con menos exposición y que ha pasado de momento más desapercibida ha sido la de Susana Camarero, quien ostenta la vicepresidencia segunda de Servicios Sociales e Igualdad. Desde el traspaso de carteras ha ido a visitas y reuniones manteniendo un perfil bajo hasta la semana pasada cuando tomo parte en la declaración institucional en el Palau de la Generalitat en defensa de la lengua valenciana tras conocerse el pacto de Sánchez con Junts y ERC para incluir el uso del catalán en el Congreso.

A Camarero también le corresponde resolver uno de los problemas más notorios de la Comunitat que entra entre las competencias de Servicios Sociales y que tiene que gestionar: las listas de espera de la dependencia. Sin embargo, todavía no hay director general de Dependencia. Este retraso en los nombramientos se repite en cada una de las consellerias, más o menos agudizado.

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ELISA NÚÑEZ: CONSELLERÍA DE JUSTICIA E INTERIOR

Una de las carteras más vacías es la de Justicia, dirigida por Elisa Núñez tras ser propuesta por Vox. El proceso de designaciones del segundo escalón se realizó con menor celeridad de lo esperado debido a la insistencia de Mazón de que se produjese el traspaso cuanto antes. Pasado un mes el organigrama continua incompleto y si se atiende al color de los nombramientos, Vox queda como claro responsable del atasco.

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La formación a la derecha del PP tiene pendientes de designar la mitad de sus altos cargos. Especialmente llamativo es el caso de la secretaría autonómica de Seguridad y Emergencias, José María Ángel, y el del director general de Interior, Salvador Almenar, quienes a pesar de haber pedido ser destituidos la consellera Núñez sigue sin cesarlos. Además, sigue vacante el puesto de director general de Prevención de Incendios Forestales, cargo que tiene un papel vital en estos meses donde el riesgo de incendios es muy alto en la Comunitat.

A pesar de la demora en los nombramientos −que desde atribuyeron a que estaban «buscando a las personas más preparadas»−, Mazón ha cumplido otro de sus compromisos de campaña: reducir el gasto político. Con una restructuración de los departamento y reagrupando áreas, el Ejecutivo ha rebajado el número de consellerias de doce a diez; el de secretarias autonómicas de 29 a 24 y el de direcciones generales, de 85 a 75. Al igual que con los impuestos, desde el Consell avanzan que el tijeretazo continuará con los asesores y con el personal eventual. Estos recortes en el esqueleto administrativo disminuirán el gasto en 6,5 millones de euros, según confirmaron desde la Generalitat.

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VICENTE BARRERA: CONSELLERÍA DE CULTURA Y DEPORTE

Más allá de los decretos a nivel político el primer mes de Mazón ha sido relativamente tranquilo. La introducción en el Consell de Vicente Barrera como vicepresidente primero de Cultura levantó severas críticas por parte de la izquierda debido a su perfil ultraconservador y declaraciones polémicas en las que negaba la violencia de género. Sin embargo, Vox ha mantenido un perfil moderado durante el inicio de la legislatura que solo se ha truncado brevemente por el influjo en Madrid, donde el PP y voxistas escenificaron un ligero distanciamiento. Ese choque en el Congreso hizo que Barrera acusara a Alberto Núñez Feijóo de «escupir en la cara» de la formación verde por no facilitarse un puesto en la Mesa. Un mensaje en redes sociales que ha generado el primer roce en la coalición.

JOSÉ ANTONIO ROVIRA: CONSELLERÍA DE EDUCACIÓN Y DEPORTES

En la relativa calma del primer mes de mandato de Mazón el primer fuego en la gestión ha sido en Educación, conselleria dirigida por José Antonio Rovira (PP). Los errores en la adjudicación de plazas de docente −ya solucionado− han generado incertidumbre y protestas entre el profesorado a apenas diez días del comienzo del curso escolar. Desde el Consell alegaron «un error informático» debido a la «obsolescencia de la herramienta que gestiona el proceso» y que los técnicos «ya avisaron en 2020 de sustituirla por otra nueva» mientras que el Botánico «determinó que no era necesario».

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SALOMÉ PRADAS: CONSELLERÍA DE MEDIOAMBIENTE Y AGUA

De puertas para fuera, por otro lado, Mazón se ha esforzado en que su Ejecutivo muestre también su cara más reivindicativa ante el Gobierno central, otra de sus grandes críticas al Consell del Botánico. Lo ha hecho a cuenta del agua, prometiendo acciones legales ante nuevos recortes del trasvase, que también ha defendido Salomé Pradas desde Medio Ambiente.

La consellera tiene por delante grandes retos salvar la Albufera -la gran descuidada durante años-, la modernización de los riegos y la depuración de aguas, entre otros. Para ello ya ha comenzado a estudiar, por ejemplo, el estado en el que se encuentra el humedal y ya ha puesto en marcha la actualización del Plan Rector de Usos y Gestión (PRUG) para reactivar la conservación y aprovechamiento de este espacio protegido.

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JOSÉ LUIS AGUIRRE: CONSELLERÍA DE AGRICULTURA Y GANADERÍA

De la mano de la conselleria de Agricultura, José Luis Aguirre, se planteó como primer paso establecer el diálogo con regantes y agricultores. Tiene en el tintero también medidas que considera clave para impulsar el sector. Entre ellas se encuentran el reequilibro de la cadena de valores, el desarrollo de la ley de estructuras agrarias, una mayor intensificación en la lucha contra las enfermedades vegetales y ganaderas, así como inversiones destinadas a mejorar la disponibilidad hídrica.

MARCIANO GÓMEZ: CONSELLERÍA DE SANIDAD

Los perfiles con menos relevancia de momento en estas primeras semanas de gobierno son Sanidad e Innovación, aunque no por ello, se les plantean retos menos importante. Sanidad ha pasado a ser una conselleria de las más importantes tras la pandemia. Esta conselleria cuenta con un complicado trabajo interno. Gómez ya ha puesto en marcha un auditoría para decidir sobre las reversiones sanitarias. Además, tendrá que gestionar los repuntes de Covid que se están dando en la Comunitat.

NURIA MONTES: CONSELLERÍA DE INNOVACIÓN E INDUSTRIA

Ya en el debate de investidura el presidente anunciaba la primera de las medida que se gestiona desde la macroconselleria a mando de Nuria Montes. En la que reúne competencias de Innovación, Industria, Turismo y Comercio. Esta iniciativa consistía en eliminar la tasa turística, un impuesto que gravaba las pernoctaciones turísticas y que aprobó el Ejecutivo del Botánico y que iba a entrar en vigor en 2024.

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