Crespo y Cuesta agotan el plazo e ingresan en la cárcel de Picassent

Los acusados por el expolio de la depuradora de Pinedo ya han ingresado en prisión, tal y como ordenó la Audiencia de Valencia. El plazo que dio la Sala para la entrada voluntaria en la cárcel terminaba el pasado lunes.

Dos de los cabecillas de la trama, el exvicepresidente de la Diputación de Valencia, Enrique Crespo y el gerente de la depuradora, Esteban Cuesta, han elegido la penitenciaría de Picassent. Ambos afrontan las condenas de mayor duración, doce y diez años respectivamente. No podrán empezar a solicitar permisos hasta por lo menos dentro de dos años y medio en el caso de Cuesta. Asunto diferente es que se los concedan. Otro de los principales acusados en el fraude de la depuradora de Pinedo, Juan José Morenilla, ha optado por otro centro lejos de Valencia. De tal forma que evitará coincidir con sus compañeros de banquillo. Los condenados suelen elegir cárcel por diferentes motivos, uno de ellos suele ser la proximidad al lugar de residencia de sus familiares.

El último integrante del cuarteto de ideólogos de la trama es Ignacio Bernácer, quien cumplirá sólo tres años y medio de prisión porque admitió los hechos tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía. Esta colaboración con la Justicia le permite beneficiarse de una rebaja de pena.

El resto de condenados -algunos han elegido cárcel en Teruel- también cumplen ya sus primeras horas privados de libertad. La Audiencia rechazó todas las excusas para posponer su entrada como querer pasar las últimas Navidades con su madre. «Las consecuencias de nuestros actos afectan a nuestra familia», respondieron los magistrados.

Lo habitual es que estos internos pasen sus primeras semanas en la cárcel acompañados de un preso de confianza y entren como medida preventiva en el Plan de Prevención de Suicidios. Y más en situaciones como las de los condenados en Emarsa, que son delincuentes primarios, sin condenas previas.