El exhaustivo seguimiento de la UCO a Zaplana

Eduardo Zaplana quedó atrapado en la red que habían tejido los investigadores cuando se reunió en Madrid con su testaferro, el abogado uruguayo Fernando Belhot. En tres días, cerraron varios encuentros a un ritmo casi frenético. Alguno de ellos, en lugares tan sorprendentes como una tienda de ropa, en un área reservada a los propios trabajadores. Todo con tal de no ser visto o grabados debido a la sensible información que tenían previsto tratar. En concreto, el movimiento de los millones que Zaplana mantenía en el extranjero procedentes de supuestas comisiones por las adjudicaciones de los parques eólicos y la privatización de las ITV.

El hotel Wellington, donde se alojaba el abogado uruguayo, estaba controlado por varias cámaras instaladas por los agentes de la UCO. Las imágenes de esta información pertenecen al momento en el que ambos son captados por uno de los aparatos colocados para certificar la presencia de ambos investigados. Aunque una de las reuniones fue anulada a última hora por el exministro al haber mucha gente en el establecimiento, los agentes sí pudieron captar un encuentro de ambos en una sala privada del hotel.

Los agentes de la UCO completaron una exhaustiva investigación para reunir los indicios incriminatorios contra el exministro, que cuidaba hasta el milímetro sus medidas de seguridad. De hecho, su teléfono no fue pinchado para evitar posibles filtraciones de la intervención teniendo en cuenta que había sido un alto directivo de Telefónica. Los agentes, según los últimos registros incorporados a la causa, comprobaron todos los vehículos que llegaron al hospital de La Fe durante uno de los ingresos hospitalarios de Eduardo Zaplana para sus revisiones. En total, en los archivos figuran más de 7.000 vehículos, al margen de los abonados al parking del centro hospitalario. De esta información se desprende que vigilaron las posibles visitas que el expresidente de la Generalitat recibió en la habitación del centro. Entre ellas, las de su confidente Joaquín Barceló. Desde el mismo centro hospitalario realizó diferentes llamadas relacionadas supuestamente con el movimiento del dinero.