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Francisco Camps exhibió ayer su perfil más político y correoso. Desentendiéndose de unos asuntos, entrando al choque en otros o buscando desactivar a sus oponentes, los diputados del Congreso que intervinieron en la comisión que investiga la financiación del PP.
La comparecencia de Camps fue, según los analistas que siguen las sesiones de esta comisión, la más tensa de las celebradas hasta ahora. En el asunto sustancial, la supuesta financiación irregular del PP, el expresidente empleó el argumentario que ya utilizaron anteriormente el propio presidente del PP, Mariano Rajoy, o su antecesor, José María Aznar, frente a las peripecias judiciales del ex tesorero nacional, Luis Bárcenas. Camps dijo no tener ni idea de cuestiones contables de su partido por estar centrado en la gestión de la Generalitat. Respecto a las confesiones en la Audiencia Nacional de Ricardo Costa, Álvaro Pérez o los empresarios valencianos que aseguraron haber pagado eventos de la formación popular a través de Orange Market, Camps afirmó que todo era falso e insistió una y otra vez en que durante nueve años negaron lo que ahora reconocen, un cambio de versión que atribuyó a una estrategia de defensa. Camps negó la mayor.
Declaración de camps en el congreso
Para el exdirigente popular, las cuentas de su partido eran «exactamente igual de legales, ajustadas a derecho y revisadas por el Tribunal de Cuentas» que la contabilidad del PP nacional. «Ni sabía cómo se financiaba (el partido), ni sé cómo se financia ahora. Es un tema al que no le he dedicado ni un solo segundo de mi vida, porque no era mi responsabilidad», señaló el expresidente, que atribuyó tal actitud a su actividad como jefe del Consell, e incluso consideró que sobre el dinero era conveniente no saber nada: «Cualquier presidente de cualquier gobierno, sea autonómico o nacional, que sepa cómo se financia su partido, que pregunte cómo se financia su partido, tengan ustedes la preocupación de que algo raro está pasando. No vi las cuentas». La incredulidad de los diputados no sirvió para que Camps se moviese ni un milímetro de su posición.
El expresidente también rechazó las confesiones Costa, Pérez y los empresarios. «En mi vida me he entrometido en adjudicaciones, ni hablado con empresarios en esos términos, porque no lo he necesitado, no era mi función ni mi vocación política», enfatizó Camps, para quien Costa, su exsecretario general, «está en su legítimo derecho a la defensa, pero no puede ser la ofensa a otras personas. Ha variado lo que durante nueve años ha dicho al PP, al Parlamento nacional y, todavía más relevante, ante el juez». El expresidente aseguró sentir «el cariño de mi partido a mi alrededor y siento el cariño del presidente (Mariano Rajoy) y de la secretaria general (María Dolores de Cospedal)».«No encontrará ni un solo empresario en la Comunitat que pueda decir que yo llamé nunca jamás a nadie, porque no lo he hecho nunca en mi vida. Me han importado más los colegios y hospitales y que el catalanismo no llegara hasta donde ha llegado ahora», respondió a Ester Capella, diputada de ERC, con la que mantuvo un diálogo muy tenso. La parlamentaria catalana insistió en preguntar por el «Partido Popular del País Valencià», lo que propició que Camps reclamase una y otra vez no ser «insultado» por tal denominación. Capella se mantuvo en esa nomenclatura y el exjefe del Consell no cedió. El presidente de la comisión, el canario Pedro Quevedo no logró desatascar la situación.
Camps mantuvo un tono duro («arrogante», para el diputado socialista Artemi Rallo, el encargado de iniciar las preguntas, a quien recordó que su líder, Ximo Puig, ahora presidente de la Generalitat, firmó como jefe de la oposición el recurso ante el Supremo por el juicio sobre los trajes «y, encima, todavía no ha pagado las costas del proceso») y mostró su incredulidad por su presencia en el Congreso: «Alguien que dimite, es absuelto y nueve años después causa una expectación como la de hoy... no tiene sentido, es absurdo lo que pasa conmigo es un absurdo. Yo me fui de aquí hace 16 años, siendo vicepresidente del Congreso, con un piso que es el mismo que es donde usted me encontró, y sigo con aquel mismo piso. Ni un solo euro fue desviado ni para enriquecerme a mí mismo ni a nadie de mi entorno, ni de mi familia y a mi partido político», replicó a Toni Cantó, diputado de Ciudadanos al que recordó una conversación en la que, según Camps, el entonces actor le dio su apoyo por entender las acusaciones «falaces» y por considerarle a él «el mejor presidente de la historia de la Generalitat».
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