El lujoso nivel de vida de los Blasco

El exdirigente sanitario es el sobrino de Rafael Blasco, siete veces conseller de la Generalitat, condenado por el desvío de ayudas a países del Tercer Mundo. Su padre es Francisco Blasco, el que fuera presidente de la Diputación de Valencia. Y su esposa es hija de Consuelo Císcar, condenada por la gestión delictiva del IVAM. Un currículum familiar que no resulta desdeñable.

La investigación del caso Osvaldos ha sacado a la luz un entramado de empresas compuesto por tres niveles, con facturación cruzada entre todas las sociedades y con sus administradores vinculados a Sergio Blasco. Finalmente, el dinero llegaba al cabecilla de la trama a través de diferentes fórmulas.

Los investigadores hallaron pagos de una reforma en la vivienda La Barraca, propiedad de Blasco en una de estas empresas adjudicatarias. También la compra de parcelas propiedad del exdirector del General por un importe de 125.000 euros.

Vamont Consulting es una de las firmas bajo la lupa del juzgado. Destaca el pago de viajes de placer. Por ejemplo, una expedición a la República Dominicana y desde allí un traslado de un día a Panamá donde Blasco se reunió con una persona no identificada.

De igual modo, costea un viaje a China al subdirector del hospital General sin que se conozca la justificación de ese desplazamiento. La empresa también se hace cargo de un viaje a Las Vegas de los dos sobrinos de Blasco, con sus mujeres, con visita al Cañón del Colorado. El coste no parece asequible a un bolsillo medio: 13.000 euros.

La firma también tiene un sorprendente interés por las Fallas. Así, es de destacar pagos de 6.000 euros a la falla Caputxins, de Alzira, el año que la mujer y la hija del principal investigado fueron falleras mayores. También se costea el montaje de un equipo de sonido que finalmente no llegó a instalarse.

Todo desde una empresa que, en teoría, no encuentra vinculación con el directivo sanitario. Tamazula es otra de las mercantiles integradas en la trama delictiva. El administrador es un vecino de Alzira. Llama la atención que las dos únicas personas dadas de alta en esta firma es el personal de servicio a las órdenes de Deborah, mujer de Sergio Blasco.

La empresa recibe 340.000 euros de empresas vinculadas a la red o de otras firmas con adjudicaciones del Hospital General. Además, proporciona ciertos beneficios a la familia. Paga un Volvo, tres pases VIP para eventos deportivos durante años y se hace cargo de un viaje a Túnez del matrimonio y otras parejas que se cataloga como «viaje de empresa».

Corporación Sanitaria del Mediterráneo también es señalada por los investigadores. Abona un viaje a Roma a un directivo del hospital como contraprestación por ayuda a Blasco en trabajos en Guinea. De su cuenta salen 16.000 euros a una empresa de catering de Alzira y el pago de un Mercedes que usa habitualmente el gerente del Hospital General. También costea un viaje a Costa Rica con una integrante de la trama al que también acude Blasco. Y, por último, sufraga un curso de la mujer del cabecilla en la Universidad de Navarra.

Sergio Blasco sostiene que todos estos pagos responden a trabajos facturados por él a través de estas mercantiles a otras empresas al compaginar su actividad como director con su papel de asesor en desarrollos sanitarios. Esta es la tesis que probablemente mantendrá si la Fiscalía lleva el asunto a juicio.