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Los números electorales ya preocupan al Palau

Los datos que manejan los estrategas de los partidos evidencian la inestabilidad que marcará un año de campaña electoral

Viernes, 16 de septiembre 2022, 00:59

La precampaña electoral amenaza con ser eterna, a casi ocho meses de las elecciones autonómicas y municipales. Sobre todo para los que miran a diario las encuestas en los principales partidos políticos de la Comunitat. Y donde esas cifras ya han comenzado a preocupar es ... en la sala de máquinas del Palau de la Generalitat, codiciado escenario para el próximo jefe del Consell. El panorama, con una situación económica preocupante por la crisis energética y la inflación como gran drama, tiene a los responsables públicos con un ojo puesto en el índice de precios y el otro, en los sondeos. Y en ese escenario, los números que afloran los datos ya quitan el sueño a sus protagonistas, ante la arbitrariedad que podrían suponer los factores externos, en unos planes que hasta la fecha, iban según lo previsto.

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Los estrategas de la casa han marcado en 1,2 millones la cantidad de votos necesaria para cualquiera de los dos bloques que podrán gobernar a partir de la primavera de 2023, con bajas sensibles en número de papeletas a derecha y a izquierda. Y para llegar a esa suma, ahora mismo, en el bloque de la izquierda ya han empezado a hacer malabarismos con los cálculos. Si acudimos a los resultados electorales de 2019, el PSPV fue la fuerza más votada, con casi 644.000 votos, seguido del PPCV, con 508.000, y Ciudadanos, con algo más de 470.000 papeletas. Compromís se quedó con 443.000, Vox con 281.000 votos y Unidas Podemos con algo más de 215.000. En total, el bloque de izquierdas gobierna la Generalitat con algo más de 1,3 millones de votos, por los 1,26 de la derecha. Pero, ahora esos equilibrios están lejos, porque ambos grupos van camino de perder a uno de sus integrantes y los votos que dejarán por el camino podrían no ser aprovechados por los partidos que se disputen el Gobierno.

Los socialistas ya contemplan una bajada de votos que cuantifican en unos 50.000, conscientes, además de que la marca PSOE no pasa por su mejor momento. Lo contrario a lo que creen que sucede con la del presidente, Ximo Puig. El equilibrio pasa por ver si el aguante del presidencialismo es suficiente para amortiguar el de las siglas. Pero también por que a los socios, necesarios para conformar un gobierno, mantengan sus cifras, pese a la delicada situación por la que atraviesan unos y otros. De hecho, la preocupación ya se trasladó durante una comida entre el jefe del Consell y el presidente de Les Corts, Enric Morera, a mediados de esta semana. Sobre la mesa, la inestabilidad de Compromís tras la situación judicial de la exvicepresidenta Mónica Oltra. Un momento que, además, desde Més Compromís podría ser aprovechado para restar influencia a Iniciativa en el liderazgo de la futura coalición electoral. Los datos que se manejan en el Palau son optimistas para la formación nacionalista, dada su implantación municipal, sin demasiado desgaste por el caso Oltra.

No está en la misma situación Unidas Podemos, con riesgo de no entrar en Les Corts o entrar por la mínima y dejar por el camino votos y escaños necesarios para defender la posición.

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En el caso contrario, las cifras para el bloque de derecha y los trasvases entre formaciones son más halagüeños. Sobre la mesa, la posibilidad de que hasta el 60% de votos que se dejaría Ciudadanos vayan a parar al PP. Además, en Presidencia temen que el bombardeo de buenas encuestas que irá suministrando la derecha puedan desmotivar a su parroquia.

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