Oltra le complica a Marzà su deseo de ser portavoz de Compromís en Les Corts

Ferri anunció su marcha el viernes. Al portavoz nacionalista le tendría que sustituir otra persona de similar perfil. Teóricamente y si en Compromís todo fluyera como la seda. Pero no. En la coalición unos y otros se apuntan los agravios. Desde el primer minuto en que se supo que el puesto de síndic quedaba vacante se abrió la puerta a que fuera Marzà el portavoz. Ni su entorno ni su partido ni el grupo parlamentario ni sus rivales internos lo negaron. Otra cosa es que se lo faciliten. Los nacionalistas de Més, partido mayoritario en Compromís, cuentan con los diputados necesarios para hacer valer a su candidato. Iniciativa está en minoría en el grupo parlamentario, aunque la portavoz adjunta, Aitana Mas, se presume un relevo natural a Ferri. Pero Mas no es de Més, el antiguo Bloc.

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La coalición está compuesta por tres partidos (Més, el antiguo Bloc cuyo líder espiritual es Marzà; Iniciativa, el partido que encabeza Oltra; y Els Verds) e incluye a militantes no adscritos. Los que llegaron a Compromís sin estar afiliados a nadie (desde el acalde de Valencia, Joan Ribó, al de Alzira, Diego Gómez, o diputados como Josep Nadal o Graciela Ferrer), pero con sus respectivas afinidades. En muchos casos, ocuparon espacios en las listas en función a una cuota de representación de las minorías, al margen de si contaban o no con votos en las primarias, algo que en algún caso sí se dio pero que no fue imprescindible para situarse en puestos de privilegio. Sin embargo, el proyecto de consolidación de Compromís como un espacio compacto ha naufragado. Muchos de esos cargos electos, no electos y asesores se han afiliado a Més, el antiguo Bloc, durante los últimos meses. Desde Iniciativa siempre se tuvo la sensación de que la corriente de no adscritos reforzaban al Bloc de manera camuflada y el actual trasvase consideran que corrobora sus sospechas. En el partido de Oltra se defendían las cuotas para las minorías, mientras que en Més, cuyo líder político y espiritual es Marzà, receleban de esas cuotas.

En relación a la sustitución de Ferri, se ha producido una contradicción doble. Los nacionalistas sobreentienden ahora que, por cuota y reparto de papeles dentro de la coalición, les toca elegir al nuevo síndico entre alguno de los suyos, con el nombre de Marzà muy presente, lo que obligaría a renovar el Consell, algo que quería el socialista Ximo Puig pero a lo que se resiste Oltra.

El partido de Oltra, por su parte, siempre defensor de las cuotas, ahora plantea una batalla. Desde Més asumen que «Iniciativa siempre lo pelea todo». Una de sus portavoces, Mireia Mollá, a la sazón consellera de Agricultura y Medio Ambiente, indicó este martes en una entrevista en 'Plaza Radio' que «no tiene sentido, sería absurdo, reformar el Consell para sustituir a Ferri». O sea, que Marzà no se debe ir. Iniciativa sabe que si se llega a una votación es improbable que Aitana Mas se imponga al candidato que plantee Més. Habrá que ver si el conseller de Educación, tradicionalmente huidizo, da por fin un paso al frente o vuelve a esperar mejor ocasión y señala a alguna de sus compañeras afines en Les Corts como sucesora, por ejemplo las diputadas Papi Robles o Nathalie Torres, personas muy cercanas a Marzà y el resto de la cúpula de Més.