Héctor Illueca escucha a Ximo Puig. E.P.

Puig deja hacer a Podemos

Tibieza en la respuesta a los ataques a los empresarios. El líder del PSPV necesita que la formación morada recupere aire, con sus críticas a Roig y Boluda, para evitar el peligro de no superar el 5% de voto

JC. Ferriol Moya

Valencia

Miércoles, 8 de febrero 2023, 01:45

Capitalistas despiadados», que se «han hecho de oro a costa de la crisis». Y además, «usureros». La ministra de derechos Sociales y Agenda 2030. Ione Belarra, encabeza la cruzada de Podemos contra los grandes empresarios en general, y contra el dueño de Mercadona, Juan ... Roig, en particular. Un ataque frontal contra un empresario valenciano de éxito, que capitanea la mayor firma española de distribución y que históricamente se ha caracterizado precisamente por su sensibilidad hacia sus más de 96.000 empleados, con la subida del salario al ritmo del IPC como último ejemplo.

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Belarra es la cara visible de Podemos, el partido que fundó Pablo Iglesias y que tras la marcha de éste navega no sin dificultad por las aguas políticas, con unas elecciones a la vista –primero las municipales y autonómicas y poco más allá las generales- con expectativas poco halagüeñas. Recuperar el perfil más beligerante para activar a su electorado, después de cuatro años de pisar moqueta en el Gobierno de Pedro Sánchez, parece el motivo último de esta beligerancia de las últimas semanas.

A Belarra le ha seguido a pies juntillas el vicepresidente segundo del Consell Héctor Illueca, también de Podemos. Illueca replicó primero las críticas a Roig y este lunes las extendió al naviero Vicente Boluda, otro empresario valenciano de referencia. Lo tachó de empresario «rarito y oscuro» y lo encasilló junto a aquellos que «están demasiado acostumbrados a que sus éxitos dependas de las subvenciones públicas» y de «seguir succionando los recursos públicos».

El paralelismo entre Belarra e Illueca, al margen de pertenecer a la misma formación política, encaja también con un horizonte electoral con parecidas expectativas. A Podemos en las Comunitat Valenciana hasta el PSPV lo ha llegado a situar al borde del 5%, el límite de votos para poder acceder a Les Corts. Del Ayuntamiento de Valencia ya se quedó fuera en las elecciones de 2019.

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Los ataques de Podemos a empresarios valencianos merecieron el reproche del president de la Generalitat. El 26 de enero, cinco días después de que Belarra atacara a Juan Roig, el jefe del Consell se vio obligado a pronunciarse sobre los ataques de la ministra y de su propio vicepresidente del Consell a un empresario valenciano. «El criterio del Gobierno valenciano lo marco yo», vino a decir Puig para desautorizar a su número tres en el Consell. El president consideró «profundamente injustas» las palabras de los cargos de Podemos y consideró que no atendían «a la realidad de los hechos». «Gracias a las empresas, al diálogo social y a los trabajadores, la Comunitat Valenciana tiene en estos momentos los datos (de empleo) que tiene», zanjó.

La respuesta se quedó ahí. Puig evitó hacer una defensa más encendida de la labor de los empresarios de la Comunitat, pese a su indiscutible papel de fortalecimiento del tejido productivo y la riqueza valenciana. Una crítica comedida a las palabras de los cargos de Podemos, sin censura directa alguna hacia su vicepresidente, que este lunes –quizá a la vista de la tibieza mostrada por el president- repitió ataques, esta vez sobre el naviero Boluda.

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Silencio de Puig

Puig este martes ha guardado silencio en relación con el nuevo ataque de Illueca a un empresario de la Comunitat. Y la actitud que viene manteniendo en relación con los ataques a los empresarios valencianos revela la tibieza de una reacción calculada, que podría ser muchísimo más contundente en una coyuntura política distinta, alejada de una cita electoral.

Porque la misma necesidad que Podemos tiene de mantener ese discurso agresivo con los empresarios valencianos, y consolidar así a un votante que le garantice su supervivencia, es la que tiene el presidente valenciano porque la formación morada se mantenga por encima del 5%. «Si Podemos no logra representación parlamentaria, no hay Botánico», coinciden las fuentes consultadas por este diario.

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De manera que la posición de Puig no es fruto de la casualidad. El jefe del Consell es consciente de la insensatez que supone obviar el papel de los empresarios en la generación de riqueza y empleo. Pero tiene que hacer compatible esa posición con el interés electoral, que pasa por la supervivencia de Podemos. Ni comparte ni compartirá el discurso, pero es consciente de que debe dejar hacer a sus socios de Gobierno.

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