Raimon y Annalisa pasean al caer la tarde por el 'carrer Pelaio' de Barcelona. La ciudad transita caótica y cosmopolita. El turismo asfixia, las franquicias son el paisaje de postal, los jóvenes deambulan pegados a una pantalla y a un machiato de Starbucks. Entre la ... marabunta, una pareja anónima y canosa circula a otra velocidad, a una marcha menos. A cierta edad se vive sin prisa, lejos de ese panorama invasor que detesta Raimon, donde cada vez es más difícil elegir. El paseo sirve de terapia para el dolor de espalda. «Yo siempre cantaba de pie pero creo que tenía que haber ensayado sentado», apunta Ramón Pelegero Sanchis (Xàtiva, 2 de diciembre de 1940). El cantautor nos abrió la puerta de su casa el 23 de octubre por la mañana, bajo un sol de un otoño raro, seis días antes de que en Valencia una riada parara el mundo.
Publicidad
Al meu país la pluja no sap ploure
O plou poc o plou massa
Si plou poc és la sequera
Si plou massa és la catàstrofe
Qui portarà la pluja a escola?
Qui li dirà com s'ha de ploure?
Al meu país la pluja no sap ploure
Durante la entrevista, una 'merla' va y viene revoltosa y desafiante a la terraza del ático. Raimon no le quita ojo.
–¿Cómo está?
–Tengo 83 años (ya ha cumplido 84). Y 83 no son 38 (ríe). Aguantamos el tipo. Desde que me retiré de los escenarios en 2017 hago una vida muy normal, no he vuelto a cantar ni en público ni en privado
–¿Y piensa volver?
–Noo, hombre, nooo... no me jodas, uno tiene sentido del ridículo. Los italianos tienen una frase muy bonita que es 'finire in bellezza'. Cuando yo estaba la mar de bien dije, pues ahora es el momento de acabar. Aquí vino Léo Ferré, el cantante francés, y para llegar desde bastidores al centro estuvo diez minutos caminando. Aquello me impacto y dije ¡coño! no quiero llegar a eso.
Publicidad
La luz natural ilumina un ático convertido casi en galería de arte. Hay cuadros y esculturas de Miró, Tàpies, Alfaro, Ortega... «Obras que me han dado gratis porque son mis amigos, gente que me ha ayudado a ser como soy».
La 'merla' vuelve, distrae a Raimon y para la entrevista: «Viene a la 'llimera' a picar, pero como no hay nada pues bebe agua. ¿La ves?»
La atención vuelve al hablar de Annalisa, su mujer, su todo. «Annalisa y yo estamos de acuerdo siempre menos en las cosas concretas... (ríe). Es mi todo, no nos pensamos el uno sin el otro. La conocí en Valencia. Eliseu Climent tenía una amiga y esta amiga había estado en Londres y allí había conocido a Annalisa. Como ella era amiga de aquella y yo de Eliseu Climent, nos conocimos».
Publicidad
Y surgió el amor inquebrantable. «El paso lo dimos juntos, vimos que el uno era para el otro. Nos encontramos y pum. Yo iba con otras chicas porque de jovencito era muy peleón, pero llegó ella y se acabó. De eso hace casi 60 años y siempre juntos».
–¿Raimon hubiera sido lo mismo sin Annalisa?
–No (rotundo), no seguro. Me ha influido mucho en mi vida, siempre tengo muy en cuenta su opinión. Tengo a una crítica al lado pero no es una 'torracollons'.
Publicidad
En Xàtiva la escuela fue en castellano, no había otra opción. El valenciano lo hablaba en casa, en la calle o en el teatro. De pequeño recitaba versos en valenciano, vestido de 'llaurador' y a la gente le hacía gracia. A su padre, al que le nombraban presidente de todo «sin cobrar», un día le pidió permiso para cantar, con seis años: «¿Pare, vol que cante?» Y Raimon debutó con 'Angelitos negros' de Machín.
De Xàtiva a Valencia a los 17 años a estudiar Filosofía y Letras. 'El descrèdit de la realitat' de Joan Fuster le acerca a las tertulias del escritor de Sueca. «Me pareció un título excepcional». En 1959 recita el poema 23 ('Elogi a Teresa') de Ausiàs March en el paraninfo de la Universitat y en 1961 canta por primera vez en público en Casa Pedro. En diciembre de 1962 viaja con Fuster a Barcelona, canta y Edigsa le ofrece grabar un 'extended play' con cuatro canciones: Al vent, Som, La pedra y A colps.
Publicidad
«Canciones en valenciano o catalán no se hacían. En Barcelona se escuchaban boleros o flamenco de Machín, Valderrama, Lorenzo González. Cuando yo canté se quedaron acojonados. 'Al vent' era un tipo de canción que no se hacía. Tenía tres canciones y necesitaba una más para el epé. Me declararon 40.000 discos vendidos, una animalada para la época».
–¿Más versador o cantautor?
–Toqué la flauta y el flautín en la banda de música de Xàtiva y el solfeo lo tenía muy claro. Lo que he hecho son poemas para ser cantados, en 'Com un puny' son unos decasílabos muy claros. Todo muy pensado.
Noticia Patrocinada
Junto a Salomé gana el V Festival Internacional de la Canción Mediterránea con 'S'en va anar'. Por primera vez gana un tema en catalán: «Hice un disco con esa canción en el que también metí 'Diguem no'. Una canción era la oficial y la otra, la colé».
Las ofertas para cantar en castellano se multiplicaron: «Tuve muchas propuestas, algunas incluso para decir aquí me forro, pero yo lo que he hecho es porque así lo hemos querido Annalisa y yo. Y el tiempo me ha dado la razón, porque sino yo me hubiera sentido mal. No he tenido en cuenta ni el éxito ni ser más rico. Yo dije: quiero cantar en mi lengua, que ya está bastante jodida, si la abandonamos... El dinero es importante pero no es lo más importante».
Publicidad
Los principios de Raimon y Annalisa chocaban contra la censura franquista. No fue fácil. «Igual llegabas a un pueblo y la policía te decía que no podías cantar. Había una censura previa, había que pedir permiso para pedir permiso. Íbamos Annalisa y yo solos con una guitarra. Me acuerdo que el 'Veles e vents' me lo tacharon en un recital porque no la entendía el censor, decía que había gato encerrado... gato o cocodrilo pero que no la cantaba. En un pueblo te censuraban unas y en otro, otras. Alguien dijo que la vida es una catarata de mierda... pero yo como soy optimista digo, sí, de mierda pero con piñones». Raimon quizá siga buscando al 'déu' en minúsculas, una búsqueda de juventud, «com la llum, la pau...», cosas necesarias para la vida.
La 'merla' vuelve. Al otro lado de la calle, en la esquina de la azotea del edificio de enfrente, flamea una 'estelada'. Raimon nunca ha participado en mítines pero sí en algún 'aplec', «a los que siempre he ido cobrando».
Publicidad
Noticias relacionadas
Héctor Esteban
–¿Qué piensa del independentismo?
–Esto de la independencia es una palabra pero si quieres tener un estado propio, eso ya es otra cosa. Yo sería partidario de una España confederal, porque no se rompe pero hay una federación. Si se pudiera votar, yo diría que sí.
Publicidad
–En una entrevista en LAS PROVINCIAS, el escritor Ferran Torrent dijo que el grupo de música Zoo había hecho más por el valenciano que la Acadèmia.
–La 'Aca-dèmia' (enfatiza) es una institución en la que cobrarán unos buenos duros y no harán nada. En Valencia ha habido muy mala suerte con la gente que ha mandado.
Raimon defiende que en Barcelona la lengua está bastante bien pero alerta de que hay una predisposición «de los de fuera» a aprender más el castellano que el catalán. En cambio, lamenta la situación que se vive en Valencia. «Allí se prefiere hablar un castellano horroroso, piensan que es más fino y abandonan el valenciano. A un tío de Xàtiva eso le jode. Parece que has de llegar a Valencia y hablar castellano. Cuando uno tiene voluntad de hacerlo con la simple lectura lo aprende. Yo estudié todo en castellano pero hablaba valenciano en casa o en la calle. Podía aprender francés, inglés, alemán pero mi propia lengua no. Hay gente que le parece que hablar el valenciano es de pueblerino. Yo aprendí de Julián J. Piera, que escribía en los llibrets de fallas de Xàtiva y tenía un valenciano exquisito».
–Valenciano, catalán...
–Una cosa es el habla y otra el idioma. La lengua, el catalán y el valenciano, son la misma, con las modificaciones que tiene, cualquier persona que no sea un analfabeto sabe que eso es así, no hay tu tía. Luego, como en todas las lenguas, hay maneras de hablar distintas. Si escuchas a un señor de Sevilla hablar castellano y al lado hay uno de Zamora igual ni se entienden. Josep Pla apuntaba que cuando decía bon dia y le contestaban bon dia estaba en casa.
En la Valencia central no, pero cree que en los pueblos hay otra actitud. «Se dan cuenta que forman parte de una cosa que Fuster llamaba països catalans, que no han existido nunca y no existirán. No me gustaba el término porque en Valencia uno no ha dicho nunca que es catalán. He sido muy amigo de Fuster pero su idea era un desiderátum. Fuster muchas veces escribía no lo que había sino lo que para él tendría que haber».
Publicidad
Raimon y Annalisa dejarán el legado de su Fundación, «algo que quedará para la gente». Ha cantado, escrito y viajado por Japón, Estados Unidos, América Latina. A sus 84 años, su conclusión es sencilla: «Estic content».
Y como cantaba, sabe qué es lo que hay:
He passejat per València, sol
On hi ha gent que m'estima molt
On hi ha gent que m'estima poc
On hi ha gent que no m'estima gens.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.