Burguera
Martes, 9 de enero 2024, 16:18
Les Corts, la institución que representa la voluntad democrática del pueblo valenciano, cuenta con una plantilla relativamente bien tratada en relación a otros trabajadores públicas ... de la Comunitat. Cuentan con un régimen propio de actividad para su plantilla y las personas que dirigen el parlamento reciben sueldos altos en relación a la mayoría de cargos electos valencianos. Es un micromundo que funciona a su propio ritmo. También es el lugar donde trabaja una quincena de personas, la mayoría mujeres, con el fin de limpiar la suciedad de sus señorías y del resto de empleados de la Cámara. El servicio de limpieza está privatizado, adjudicado a una empresa que no paga a sus empleadas desde septiembre. Les Corts no ha logrado solucionar el problema. La situación, obviamente, es dramática, a pesar de que algunos miembros de la Mesa de Les Corts no han llegado a comprenderlo. Y es que algunas de esas trabajadoras acuden cada jueves a Caritas para recibir ayuda que les permita comer. Esas mujeres que, durante la pandemia, limpiaban el estrado después de que intervenieran los diputados. Esas limpiadoras, muchas de ellas ya de baja por depresión o por ansiedad, despues de 120 días sin un ingreso.
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«Aquí todo el mundo pasó muy bien la Navidad y la nuestra fue un horror, pidiendo a las familias para poder vivir», explica una de las trabajadoras. La plantilla está mermada y sin cobrar. Les Corts ya lo nota. Las bolsas de basura se acumulan alrededor de papeleras rebosantes en una de las entradas de la Cámara. Otros empleados, como los guardias de seguridad, e incluso los agentes policiales, les muestran su solidaridad, mientras que el parlamento asegura «que no se puede hacer más de lo que estamos haciendo».
Resulta sorprendente y preocupante que, si es cierto que Les Corts ha tomado cartas en el asunto sobre un tema que la Mesa ya conocía hace casi un año y sobre el que fueron informados ya oficialmente en noviembre, las señoras de la limpieza que trabajan para la Cámara tengan que recurrir a la caridad para poder comer. El parlamento era perfectamente conocedor de los graves problemas económicos del Grupo Scorpio, la adjudicataria, al menos desde septiembre. Entonces, la Tesorería General de la Seguridad Social ordenó el embargo del crédito a la empresa por deudas en las cuotas. La Cámara ha fracasado a la hora de intentar realizar una adjudicación de urgencia. En noviembre, la deuda que los trabajadores comunicaron al parlamento era de 35.000 euros y actualmente ya supera los 50.000 euros. Les Corts cuenta con un presupuesto superior a los 30 millones de euros.
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Juan, encargado del personal de limpieza, ha señalado este martes que «la situación está mal porque llevamos meses sin cobrar y este mes tampoco lo cobraremos. Desde Les Corts nos dicen que hacen todo lo posible pero seguimos sin cobrar un sueldo que tampoco es una maravilla, con gente pasándolo muy mal de verdad».
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«Hay compañeras que tienen que ir todos los jueves a Cáritas, para pedira ayuda para poder comer. Algo falla cuando si hay algo tan urgente, y pasan los meses y nos ponen al límite, que alguien ponga una solución. Estamos en Les Corts. Al final nos tocará ir al Fogasa y este mes ya tenemos que venir a trabajar gratis porque solo nos van a pagar cuatro meses y ya estamos en el quinto sin cobrar», explica una de las empleadas.
La trabajdora, con años de experiencia en el parlamento, señala que «la situación atenta contra nuestra salud mental. Esto es caótico. No hay nadie que haya dicho, que esta gente cobre y que pase la Navidad como toca. No. Y cada vez más y peor, sin soluciones. Estamos pasando necesidades. Pedimos dinero a las familias, tiramos de los ahorros y lo peor es tener que ir a Cáritas y Cruz Roja. Es inaceptable y hace falta una solución», ha señalado una de las limpiadoras.
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La consecuencia visible de todo esto es el modo en que la suciedad se va apoderando de la Cámara. En los despachos de Les Corts, las papeleras comienzan a acumular desperdicios. En los cuartos de baño de la Cámara ya hay algunas zonas donde se pueden ver toallitas por el suelo, porque rebosan las papeleras. Ceniceros llenos y vasos de papel coronando también cubos de basura repletos a las puertas del parlamento valenciano, rodeados de bolsas negras, que se amontonan hasta acumularse más de una decena de ellas en algunos rincones de las dependencias del Palau dels Borja, sede de la representación popular de los valencianos.
En el acceso trasero al hemiciclo, por la calle Libertad, la olivera deja caer aceitunas negras sin que nadie las recoja, y van ennegreciendo el suelo de la entrada de la cada vez menos lustrosa institución parlamentaria. En los pasillos, las flores de Pascua, típicamente navideñas, se han ido deshojando por el suelo sin que nadie recoja las hojas secas, algo perfectamente visible incluso en la puerta principal, donde la hojarasca ya se acumla frente a los grandes cuadros y estatuas del parlamento.
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