Pintora, ilustradora, escritora, Paula Bonet se ha convertido en una de las voces culturales más potentes a la hora de usar su arte como compromiso social, una crítica a lo establecido desde su defensa del feminismo y los temas tabú que envuelven a las mujeres. Su última obra, 'La Anguila', es el primer libro publicado en el que no apoya su escritura con imágenes, y ha conseguido que la crítica literaria se fije en ella con mucho interés.
-Agradezco mucho este premio porque va a servir de altavoz para que más gente se acerque a esta novela, que se publicó hace ya más de siete meses. En este momento de inmediatez y de consumo voraz que habitamos 'La Anguila' sigue arrastrándose por el suelo, por el río, y no hay día en que no haya feedback sobre la novela.
-Las críticas a esa primera novela han sido muy buenas.
-Siempre he tenido mucho respeto por la literatura, y quizás por eso he tardado tanto tiempo en publicar; para mí las imágenes eran el argumento de autoridad. Ahora he separado imagen de palabra y que la escritura tenga esa entidad propia y que se lea desde este sitio tan elogioso… Estoy bastante abrumada, la verdad.
ESCRITURA
«En estos momentos de inmediatez no hay día en que no haya feedback sobre 'La Anguila', que se publicó hace siete meses»
-Su discurso cuando habla del feminismo, de temas tabú que afectan a mujeres, ha llegado muy hondo.
-Y todavía me sorprende. Me llegan mensajes de mujeres que han hablado con sus hijas, que agradecen haber establecido diálogos con sus madres; otras que pensaban que nunca habían sido víctimas de abusos y después de leer 'La Anguila' lo ven desde otro punto de vista. O de hombres que se miran en el espejo que les pone delante la novela.
-Ha denunciado situaciones que ha vivido personalmente, abusos, enfermedades como la endometriosis. Lo último que hemos sabido a través de las redes sociales es el acoso al que la ha sometido un desconocido.
-A mí me hubiera gustado que se hubiera resuelto de una manera más silenciosa. Para mí fue muy incómodo hacer ese post, pero era un intento desesperado porque se me escuchara porque estaba temiendo por mi seguridad física.
ACOSO
«Denuncié la situación que vivía porque temía por mi seguridad, y por ser voz de tantas otras que están solas con su maltratador»
-A usted se le escucha, a otras mujeres quizás no tanto. ¿Se ha convertido en su voz?
-Yo soy una privilegiada, puedo permitirme pagar a una abogada, cambiar la ubicación de mi taller, tengo un entorno que me cuida, pero hay muchas personas que están solas con su acosador, con su maltratador, que saben que van a acabar sus días en esa cárcel. Ese fue uno de los motivos que me empujó a hacer público ese post, porque pensé que si mi situación estaba siendo tan insostenible, para las mujeres que no la vivían desde mi lugar privilegiado debía de ser realmente aterradora.
-Su novela se ha publicado al cumplir los cuarenta, y para muchas personas es un momento de crisis. ¿Lo vive así?
-Pienso que estamos muy equivocadas con esa búsqueda de la juventud eterna y la infantilización de lo femenino. Me siento en un momento de inflexión interesante para mí, siento como si ahora empezara la vida, como si todo lo que he estado haciendo hasta ahora fueran experimentos. Siento una templanza ahora que no había sentido nunca, Y siento que me he sabido dotar de las herramientas adecuadas para poder seguir construyendo en la dirección correcta.
FEMINISMO
«Nos hace falta diálogo; a veces somos incapaces de escuchar a la otra porque lo personal se coloca por delante»
-¿Cree que les queda mucho por avanzar a las mujeres?
-Sí, y también creo que hay que estar alerta para que no se nos empuje atrás otra vez. Además, nos hace falta diálogo; a veces somos incapaces de escuchar a la otra, de entender sus intereses, su forma de proceder, aunque no sea la nuestra, porque lo personal se coloca por delante.
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