Un adelanto de cómo serán las tiendas del futuro

Este viernes se inauguraba en Valencia la ‘flaghship store’ de Zara; más de 5.000 metros cuadrados de tienda que parecen recién traídos del más allá. A esto nos referimos cuando hablamos de la unión entre lo físico y lo digital. Tres plantas diseñadas con la última tecnología, para hacer de la visita a tienda una experiencia completamente única. El nuevo local situado en Boulevard Austria es de esos sitios en los que da gusto estar. A no ser que sea viernes por la tarde, claro. Cuántos buenos novios he visto por los pasillos de Zara un viernes tarde...

La tienda de Plaza España en Madrid, la que es la más grande del mundo, fue la primera en estrenar este nuevo modelo. ‘Flagship’ significa, literalmente, buque insignia, un término que últimamente escuchamos sin parar y que se refiere a eso: la tienda emblema de una marca. Todas las firmas se están sumando al carro de las ‘flaghship stores’.

Y es que si hay algo que cambia a la velocidad de la luz es la forma en la que consumimos, las marcas se tiran de los pelos buscando lo próximo con lo que poder sorprender a su público. «Las generaciones más jóvenes son menos fieles, más impacientes y valoran fundamentalmente aspectos que van más allá de los tangibles del producto moda», cuenta María Pilar Paricio, profesora del título de especialista en comunicación de moda de la universidad CEU-UCH.

Recoger un pedido online por ti mismo a través de un QR, ‘desalarmar’ tu propia compra o reservar turno en probador a través de la aplicación son algunas de las cosas que sólo puedes hacer en este nuevo Zara de Boulevard Austria. Como escribía la periodista Paula Llanos en ELLE cuando se inauguró el Zara de Plaza España: «El primer Zara de España en el que puedes comprar sin hablar con nadie». Novios del mundo, ya tenéis excusa, no habrá más colas en probadores.

La arquitectura de la nueva tienda esta inspirada de un cubo blanco. Un espacio sobre el que colocar las nuevas colecciones. Colecciones, muchas de ellas, hasta ahora sólo disponibles online: Zara Beauty, Zara Athleticz, Zara Organics, o la maravillosa colección de lencería, por la que ya sólo merece la pena entrar a la tienda. Porque así están concebidas las ‘flaghship stores’. Son un sitio al que te gusta ir, en el que te gusta estar. Y no hace falta mencionar quién es el precursor y líder en esta materia. Vamos, que si me ponen un Martini en el Genius Bar me quedo toda la tarde. «La intención es que el cliente pase en la tienda el tiempo que quiera, siempre que esté disfrutando», dice en la inauguración el equipo de comunicación de Zara. Novios del mundo, que no lo digo yo. Estar de pie tres horas buscando el vaquero perfecto no es disfrutar. Si yo os entiendo.

En las tiendas insignia las ventas pasan a un segundo plano. Lo importante es tu experiencia, tu relación con la marca. Ya todos saben que los jóvenes compramos online. Pero qué hay mejor que una excursión a tienda para asegurarnos de que es una buena compra. «No gracias, estoy solo mirando», aunque mi madre siempre respondería: «espera que te enseño la foto que me ha pasado mi hija». Clin-clin. Otra compra en tienda. ¿No parece que gastas menos cuando compras online? Pero si hay algo que verdaderamente nos preocupa, y también lo saben todos, es el tema de la sostenibilidad. Este Zara es sostenible, ecoeficiente, inteligente, verde… Me ha parecido una maravilla que tenga un sistema centralizado que ajusta la calefacción y la iluminación en función del tiempo que haga fuera. Luego hay otras cosas como que en su web ponga que para 2023 se comprometen con tener un ‘100% de algodón más sostenible’, que no algodón 100% sostenible, aunque eso no sea posible.

Rosalía es mi artista más escuchada este año según mi ‘wrapped’ de Spotify. Lo cual no sé si me alegra o me entristece, supongo que nunca he querido ser una básica. Aunque es ella quien dice «nos fuimos al Zari» en una de sus letras y no seré yo quien le lleve la contraria.