Secciones
Servicios
Destacamos
A una esquina de la bulliciosa calle San Vicente se asoma el despacho de Remedios Cervantes. Su nombre no necesita más presentación, o quizás sí, porque esta mujer que ha cumplido ya los 58 años se ha reinventado varias veces y la que está viviendo ... es una vida totalmente distinta a la que le hizo famosa, primero al ser nombrada miss España, luego como modelo, posteriormente en la televisión, más tarde sobre los escenarios.
Esta nueva vida de Remedios está centrada en Valencia y su inicio tiene que ver con un programa de televisión al que acudió como invitada, y por el que se convirtió en blanco de críticas y burlas. Un impulso de la actriz en 'Atrapa un millón' al querer ayudar al concursante con el que participaba le hizo perder cinco mil euros. «Todavía hoy hay comentarios y artículos en las redes y en los medios en los que hablan de mí y de aquel programa», explica Remedios Cervantes. Podría parecer que esta malagueña, que al cabo de unos minutos de charla ha recuperado su acento, iba a obviar el tema, aunque fuera por cansino y repetitivo. Pero no; es ella quien comienza la conversación en ese punto, porque ahí se inicia su reinvención.
Noticia Relacionada
-Dirige ahora una agencia de marketing; se ha reinventado. ¿Cómo fue el proceso?
- Yo siempre digo que tengo la suerte de haber vivido varias vidas en una, que es algo que no todo el mundo puede decir. Nunca he sido una mujer de tener miedo a lo desconocido, siempre me he tirado a las piscinas aunque estuvieran vacías. No me ha importado, porque creo que de alguna manera eso significa que estoy viva. Es verdad que hoy en día intento lanzarme con unos manguitos, que no sea tan duro. Todo empezó a raíz de un programa de televisión famosísimo, en el que yo tuve una crisis bestial.
Remedios Cervantes cuenta que en aquellos momentos ni siquiera tenía redes sociales, y no era consciente de hasta qué punto estaba siendo vapuleada. Sus actuales socios la contactaron, le ofrecieron ayuda. Y ella decidió que, en vez de esconderse o de ponerse a denunciar a diestro y siniestro, se iba a convertir en una experta en reputación digital.
-¿Cuándo fue consciente de lo que estaba pasando?
- Llegué a recibir amenazas de muerte por escrito en mi propia casa y se dijeron en redes las peores cosas que se pueden decir de un ser humano: me han querido atropellar, agarrarme por el cuello con una cuerda, tirar de un coche, ser violada en manada… Es de estudio todo lo que se llegó a publicar y el odio que se puede llegar a generar en redes sociales.
-¿Por qué se vino a Valencia?
-A mí me ha gustado siempre, es hermana de Málaga, y al principio vine para coger aire cuando mi madre murió. Llegaba muy hundida, muy dolida, y tengo que decir que el proceso no fue fácil. Se complicó además porque hace seis años tuve un cáncer de mama. Fue algo de lo que aprendí muchísimo, porque aunque ya estaba encaminada, me colocó en el sitio que tenía que estar, y decidí dedicarme más a mí.
-Si volvemos atrás, usted se convirtió en modelo muy joven. Después de todo lo que sabe ahora, ¿qué le diría a una niña que quisiera seguir sus pasos?
-Yo he tenido mucha suerte porque gané el concurso de Miss España en 1986 y a los pocos meses me fui a Madrid. Pillé el final de la movida madrileña, he vivido los noventa, que fue el gran momento para las modelos, y una época que nunca volverá. Hubo además una evolución. Primero todas queríamos ser modelos, luego presentadoras de televisión, más tarde actrices, pero en el camino algunas se quedan. Así que yo si alguien me dice que quiere ser modelo, le animo a que lo primero que tiene que hacer es estudiar.
-Usted no lo hizo.
-Siempre he sido culo inquieto, y cuando acabé tercero de BUP yo trabajaba, ayudaba en casa... Pero después de haber vivido todo lo que he vivido, si me pregunta cuáles son las cosas que más satisfacción me han dado, una de ellas ha sido ser productora de teatro. Jesús Cimarro, que es presidente de los productores de este país, aseguró que yo era la primera vez que una actriz levantaba un telón sin haber puesto un euro, sólo con patrocinios. «Eres una cabeza para la empresa», me decía. La otra, haber podido estudiar con 48 años; no es fácil tener un compañero de banca con veintidós y sentirte la madre de todos.
-Ha tenido su recompensa, entiendo.
-Llevo ya cinco años como profesora en el máster de marketing digital y big data de la Universidad Europea de Valencia, precisamente uno de los que yo cursé, y para mí es un orgullo estar ahí. Además, doy clases en el máster de Garrigues y este curso me voy a estrenar en el CEU. Ha sido un cambio radical, muy enriquecedor, y eso que yo soy carne de escenario, porque no hay cosa que me guste más que el teatro. Sin embargo, esto me apasiona, es maravilloso poder estar detrás de alguien y ayudarle. Soy una privilegiada.
-Viéndolo con perspectiva, ¿no cambiaría lo que hizo aquel día?
-No me arrepiento de nada, ni de lo bueno ni de lo malo; yo a esos les llamo benditos errores, y la equivocación te va a llevar siempre a un crecimiento profesional o personal.
-Representa o lleva la comunicación de grandes empresas y personajes muy conocidos: Sara Baras, Nieves Álvarez, Paloma Cuevas, Antonio Banderas... ¿Por qué cree que le buscan a usted?
-Ayer mismo hablaba con un artista muy conocido de este país, que me decía: «es que estoy harto de que me engañen». En el fondo, lo hacen porque concedemos muchos privilegios a quien está a nuestro alrededor. Un artista siempre tiene alrededor mucho ruido, y a veces nos agarramos a las personas equivocadas. Yo soy una mujer honesta y no sólo eso, sino que empatizo con el artista, me pongo en su lugar.
-Ahora que lleva ya unos años viviendo en Valencia, ¿qué le ha dado la ciudad y cómo la ve?
-Lo único malo que tiene Valencia es lo mal comunicada que está con Málaga (ríe). Y desde que vivo en Valencia nunca he vuelto a comer paella fuera de aquí. Lo demás es arroz.
-Pero en su profesión, parece que todo ocurre en Madrid...
-Yo voy todas las semanas, pero es que está a una hora y media y no me hace falta vivir allí. Es verdad que en Madrid se mueve todo, y Valencia necesita un empujón; la veo un poco gris, cuando a mí siempre me ha gustado esta ciudad porque es muy brillante. Dicho esto, estoy encantada aquí, es muy cómoda, voy en bici a todas partes, se come de maravilla y me he encontrado amigos que me lo han dado todo. Igual que cuando llegué a Madrid. Y cuando me preguntan qué haces en Valencia, yo siempre digo que los valencianos son maravillosos y, sobre todo, generosísimos.
-Usted decía que es carne de escenario, ¿volverá algún día?
-Soy de la opinión de que para atrás ni para coger impulso. Es verdad que yo no me he retirado oficialmente, no he dicho que vaya a volver nunca más, y el aplauso es muy adictivo. Ahora bien, estoy muy cómoda donde estoy, y le tengo que confesar que a mí me pone ahora hacer que otros brillen. Ya no quiero estar en primera línea.
-¿Se siente anónima ahora?
-Casi siempre. Desde los veintidós años nunca había tenido esa sensación, y es maravillosa, lo estoy disfrutando muchísimo. A mí me siguen llamando, me han ofrecido series, reportajes en televisión y no he querido. Es que no quiero estar ahí otra vez. Ya lo he vivido.
-¿Se reinventaría de nuevo?
-(Piensa) Quién sabe lo que nos puede deparar la vida, pero yo ya tengo 58 años.
-¿Perdón?
-Yo creo que es genético, y tampoco estoy parida; nunca me ha puesto bótox, ni me he sometido a operaciones. Me encanta hacer deporte, no fumo, no bebo e intento comer de cuchara todos los días. He sido así toda la vida; en ese sentido soy una aburrida.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.