![Leo López Camps recuerda con cariño una infancia en la que creció como la menor de cinco hermanos.](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202104/25/media/cortadas/1434083662_20210425192532-RWwN8VTPjYV37WFiAvrAyQO-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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begoña clérigues
Lunes, 3 de mayo 2021, 01:44
Los mejores recuerdos de Leo López Camps se ubican en Picassent, en la urbanización Tancat de L'Alter. «Cuando nací, mi padre estaba cerrando el trato para comprar el chalet. Allí he sido libre. Con ocho años ya podía ir sola por la urbanización, y más mayores, íbamos a ver los toros en San Cristóbal, hasta salimos en una portada de LAS PROVINCIAS corriendo delante de los toros y con el titular 'las chicas de Picassent no son guerreras, son toreras'».
Leo se emociona al acordarse de su padre, Antonio López Sellés, recientemente fallecido y a quien adoraba. «Mi padre fue un gran hombre: doctor en ciencias económicas, uno de los pocos agentes de cambio y bolsa que había en España, caballero de la Orden de Santa María del Puig, del Altar del Mar de San Vicente Ferrer, presidente de la fundación del Ateneo, del APA de Dominicos... Como presidente provincial de UCD se presentó a las elecciones al Senado con Manolo Broseta y llegó a ser director general en la Conselleria de Economía. Pero no vivía de la política, era muy altruista».
De su padre recuerda además el profundo amor que sentía por su madre, Emilia Camps. «Ella era un ángel y una belleza, él guapo de corazón». El matrimonio tuvo cinco hijos: Chelo, Emi, Toni, Lola y la pequeña Leo, la mimada de la familia. De esos años, recuerda su casa en Isabel la Católica y el cole de Teresianas donde estudiaba. «Cuando yo tenía diez años, el colegio se vendió a los Gómez Lechón (ocupaba los terrenos de la Galería Jorge Juan) y se trasladó al Vedat de Torrent, recuerdo que todos los días tardábamos dos horas de ida y de vuelta hasta llegar a casa. Cuando los colegios se hicieron mixtos, nos pasamos a Maristas. Ese año fue brutal».
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Leo tiene una memoria privilegiada, aunque reconoce que desde que sufre fibromialgia olvida muchas palabras. «Cuéntalo por favor, es una enfermedad muy desconocida y hay que darle visibilidad».
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