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Sebastian Brandt, en las oficinas de Odoo en Valencia. IRENE MARSILLA

El argentino que contrata diez personas al mes en Valencia

Hijo de alemanes, Sebastian Brandt ha pasado la mayor parte de su vida en Argentina, generando una mezcla de culturas que choca a veces en su cerebro. La capital del Turia se ha convertido en su hogar al instalar la delegación española de Odoo, una compañía belga de software

Viernes, 29 de marzo 2024, 00:31

Lleva viviendo en Valencia menos de dos años, después de un periplo por el mundo que le ha permitido beber de muchas culturas distintas. Hijo ... de alemanes, Sebastian Brandt nació en México, aunque ha vivido la mayor parte de su vida en Argentina, de donde le ha quedado el acento y unas costumbres que, reconoce, ha integrado a la perfección y que le impedirían vivir en Alemania.

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Director general en España de la compañía belga de software Odoo, barajó tres localizaciones para instalar la delegación, Madrid, Málaga y Valencia. «La elección final fue Valencia porque aunque en Málaga hay una fuerte inversión pública para la instalación de startups, uno de nuestros principales mercados, me pareció que era una ventaja que en las dos universidades públicas valencianas utilizaran Odoo. Iba a ser más fácil incorporar talento». Y en ello están. En poco más de un año han entrado a trabajar en la compañía, instalada en la calle Guillem de Castro, más de setenta personas, e incorporan una media de diez al mes. En las oficinas, que ya se les han quedado pequeñas, hay una mesa de ping pong y juegos. «Y cerveza en la nevera», añade Sebastian Brandt, que sí, confirma que hay tiempo para divertirse, aunque al mismo tiempo se pide lo máximo a los empleados.

Explica por qué descartó inmediatamente Madrid. «Tenía la sensación de que allí íbamos a ser uno más, y que ganábamos en calidad de vida en Valencia», que cree que es un plus a la hora de encontrar talento. «El sol y el buen clima ayuda a decantar la balanza». De hecho, él mismo ha encontrado en la ciudad el lugar idóneo para algunas de sus aficiones, sobre todo la de hacer deporte. «Aunque en Bélgica jugaba a fútbol, aquí es mucho más fácil». Además, a menudo utiliza el cauce del río para ir en bicicleta, otra de sus pasiones.

Por eso no le ha costado adaptarse a la ciudad, sobre todo porque, después de pasar un tiempo en Bélgica, reconoce que su impronta, más allá de la puntualidad alemana y ser poco flexible para algunas cosas, bebe de América del Sur. «Soy muy latino», asegura. Sin embargo, cree que se podrían mejorar conceptos como la burocracia. En Valencia cree además que son necesarios más espacios para instalar empresas grandes, y de hecho le ha costado encontrar un lugar donde trasladar la compañía. «Puede ser un handicap importante a la hora de elegir Valencia».

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