Urgente Óscar Puente anuncia un AVE regional que unirá toda la Comunitat en 2027
Carlos Latre, en el exterior del hotel Only You de Valencia, donde estos días se aloja porque está representando en el Olympia su espectáculo 'On Man Show'. irene marsilla

Carlos Latre: «Mi madre me decía que era el niño más malo de Europa»

El humorista, nacido en el Grao de Castellón, cuenta que de pequeño era «un cabroncete con pintas y estaba siempre castigado» pero, al mismo tiempo, alguien que llevaba intrínseca la felicidad. Y gustar a los demás se convirtió en su objetivo. «Hacer reír es la necesidad de mi vida, y eso genera inseguridades»

Domingo, 3 de abril 2022, 00:46

Probablemente, Carlos Latre no olvidará al señor que el jueves lloraba de la emoción en su primer día en el Olympia con su espectáculo 'One Man Show'. «Me daba las gracias porque decía que hacía mucho tiempo que no estaba una hora y media riendo». ... El humorista está convencido que la pandemia ha sido determinante, y que más que nunca necesitamos recuperar el humor.

Publicidad

Se lo pidió el propio Papa Francisco, que nunca dejara de hacer reír, y sí, puede que sea uno de los oficios más bonitos del mundo. El cariño de la gente lo tiene asegurado, no sólo en el escenario, también en la calle, donde durante la sesión de fotos en el exterior del Hotel Only You, en Valencia, varias personas le piden una foto, le saludan, le dicen que lo admiran. «Tengo la suerte de caer bien», dice, y es tan cierto como que es algo que no se aprende. Carlos Latre lo lleva puesto.

-¿Hay muchas ganas de reír?

-No te puedes imaginar. No somos conscientes de la necesidad que hay de positivizar, y nosotros nos estamos convirtiendo en vehiculadores del humor y del buen rollo, y eso es muy bonito. Hemos vendido diez mil entradas en preventa, que es una barbaridad, y tenemos lleno prácticamente todos los días.

-He visto cómo la gente te saludaba, quería hacerse fotos contigo, se alegraba de verte.

-Yo creo que la gente me ve cercano, amable y simpático, como soy.

-¿No hay una careta?

-No, no, yo soy así. Todos tenemos días malos, pero a mí me dicen: «es que eres igual como se te ve en la tele». Pues sí. Al final creo que es lo más importante, porque vivimos en un mundo muy fake, en el que todo es mentira, todo es aparente, no hay problemas… Y no es así. Yo he tenido mucha suerte pero también tengo muchos problemas, como todo el mundo. Lo importante es que haya verdad, porque si no hay verdad no hay nada.

Publicidad

Carlos Latre saluda a una mujer que se acerca a él para decirle lo mucho que lo admira. irene marsilla

 

-¿Qué parte queda todavía de aquel pequeño que tenía complejos y la necesidad de agradar?

-Es un problema que a día de hoy conservo y no tengo ningún miedo en aceptarlo, sobre todo porque todos intentamos ser mejores y también necesitamos ser queridos. Esa necesidad de cariño y amor me viene desde que era pequeño, porque yo era un cabroncete con pintas y estaba siempre castigado. Y cuando eres un niño todo es blanco o negro, y aquella situación provocaba en mí una sensación de no gustar. Pero como tengo mucha capacidad de observación y soy listo empecé a darle la vuelta. Vi que en torno a un programa de humor todo el mundo se reía y ahí vi un camino. Psicológicamente lo he estado tratando a posteriori; cómo hacer reír a la gente se convirtió en la necesidad de mi vida. Desde pequeño quería gustar a los demás, estar expuesto al público y siempre depender de lo que me dijeran. Y esa situación genera mucha inseguridad.

Publicidad

-Hay una parte oscura.

-Claro, porque la televisión genera una inseguridad tremenda, y aunque te digan que no te están mintiendo. La razón es que tu valía profesional depende de si funcionas o no funcionas, algo que me parece terriblemente cruel.

«Esta carrera, que es maravillosa, está llena de renuncias personales»

-Tú mismo lo has sufrido.

-Yo he tenido la gran suerte de triunfar en televisión, de acumular muchos éxitos y llevar 25 años, que es un hito muy difícil y complicado. Pero probablemente esos fracasos fueron los que me hicieron abrir los ojos y ver por dónde tenía que ir (se refiere a 'El Mundo de Chema', una serie que produjo en Cuatro tras 'Crónicas Marcianas', al que dedicó un gran esfuerzo económico y fracasó).

Publicidad

-Es la constatación de que no sólo vale con el talento y las ganas, que hay algo más.

-Yo nunca perdí la esperanza porque sabía que había talento. Me hundí, de hecho me quedé amargadísimo, pero sabía que nunca iba a tener problemas por una razón, porque a mí no se me caían los anillos, y si hubiera hecho falta me hubiera puesto en el metro, que de alguna manera u otra iba a salir. Y si no, a otra cosa, que no se acaba el mundo. He sido camarero, he trabajado en un camping y no es más que otra forma de relacionarse con la gente. Yo aprendí muchísimo sirviendo paellas.

-Dijiste una vez que dejaste el tabaco después de un gallo imitando a Bisbal. ¿Has soñado que perdías la voz?

-Muchas veces. Además, tengo una pesadilla recurrente que tiene mucho que ver. En ella estoy viendo desde una ventana cómo le hacen daño a alguien que a mí me importa y no puedo gritar, no puedo pedir socorro porque no me sale la voz. Es terrible, y lo siento tan real y lo tengo tan presente que te lo podría describir al detalle.

Publicidad

Noticia Relacionada

-Sin entender mucho de esto, sí parece tener algo que ver...

-Seguro. Y a mí me han dado las gracias por decir que había ido al psicólogo, por visibilizarlo. Pero es que creo que todos deberíamos ir.

-Aunque creamos que estemos bien, ¿no?

-La última vez que fui le dije a mi psicóloga, que es un amor, que sólo quería decirle que estoy bien, que siempre va la gente a contarle los problemas. Se reía, y me contaba que era el primero con el que le ocurría algo parecido. Salieron cosas al final (ríe).

Noticia Patrocinada

-¿Hay que ser un soñador para subirse a un escenario, para vivir del espectáculo?

-Soy un Acuario de libro, un soñador, convencido además de que si proyectas la energía en tus sueños y los sueltas... Es un poco raro y quizás incluso algo esotérico, pero yo creo mucho en las energías, y que lo que das, de alguna manera, vuelve. Pero no hay que obcecarse, porque como dice ese dicho, «si lloras por no ver el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas». Hay que ser consciente de dónde estás, de lo que representas y a partir de ahí soñar cuanto más grande mejor. Yo siempre digo que todo el esfuerzo y la pasión que has puesto en llegar a ese sueño tan grande será infinitamente superior a lo que te hubieras imaginado nunca. Por eso, cuando me dicen: «tú siempre estás de buen rollo», yo contesto: «¿te acuerdas cuando soñabas estar donde estás? ¿dónde ha quedado el chaval ilusionado que hubiera dado todo por llegar hasta aquí? ¿y ahora te quejas?».

-Hay costes también.

-A mis alumnos de Comedy Studio les pregunto cuán alto estáis dispuestos a soñar pero también a cuánto estáis dispuestos a renunciar. No hay tu tía. Si quieres llegar muy lejos tendrás que bailar mejor que nadie, tendrás que ponerle más pasión que nadie, más horas que nadie, más esfuerzo que nadie… y las horas son las que son, con lo cual vas a tener que renunciar a muchas cosas. Por ejemplo, cuando tus amigos estén de fiesta, tú tendrás que estar preparándote para lo que quieres ser. Y esta carrera, que es increíblemente maravillosa, está llena de renuncias, la mayoría de ellas personales.

Publicidad

«Lo que más me gusta del mundo es pasear por la playa de Benicàssim en invierno»

-¿Tú has renunciado a muchas cosas?

-Sí, yo he renunciado a cosas. Esta vida me ha quitado mucho tiempo de estar en casa y me he perdido vivencias con mi hija, pero también pienso que hay tiempo para todo. Sí tengo la sensación de haberla criado, de haber estado ahí, lo que pasa es que crecen muy rápido, y ahora ya es una mujer de casi dieciséis años. Es más, yo tengo muchas frustraciones porque me doy cuenta de que no he renunciado lo suficiente y de que tendría que haber trabajado más. Soy un inconformista total (ríe).

-Y perfeccionista también.

-Absolutamente. Y cuando eres perfeccionista de pensamiento pero no de acción es cuando vienen los problemas.

-¿Te has sentido esclavo de la agenda?

-Estoy donde quiero estar. lo único es que me gustaría clonarme para poder hacer todo lo que quiero hacer en la vida. Empieza incluso a pasarme por la cabeza parar seis meses. Mi mujer me mira diciendo: «¿no lo dirás en serio?». Ese tiempo lo dedicaría a cosas pendientes, entre ellas preparar un show para América.

Publicidad

Carlos Latre explica que tiene sus técnicas y conoce perfectamente cómo funciona su voz. irene marsilla

-Si te dijera tu hija que quiere dedicarse a la televisión, ¿qué le aconsejarías?

-Ya me lo ha dicho. No a la televisión, menos mal, pero sí al mundo del espectáculo y del show bussiness; quiere ser actriz de musicales, cantante. Yo lo que le digo es que es un mundo absolutamente maravilloso, pero que tiene que estar preparada psicológicamente para recibir muchos noes, mucho rechazo, mucho codazo, mucha envidia. Por desgracia es así, vivimos en España, en un país en que esas cosas pasan.

Publicidad

-Me encanta una anécdota con el Papa. ¿Es verdad que le imitaste a Messi?

-En una entrevista privada que tuvimos con él el pintor Domingo Zapata y yo, me preguntó a qué me dedicaba, y yo le contesté que era humorista, imitador, pero que sobre todo me dedicaba a hacer a los demás felices. Aquello le encantó. Me dijo: «no dejes nunca de hacerlo, es maravilloso». Le dije además que algún argentino que otro imitaba. Imité a Messi (pone la voz del futbolista) y el Papa me respondió: «vos sabés que soy de San Lorenzo» (ríe a carcajadas, recordando la anécdota).

-Poca gente puede decir que ha vivido lo que tú has vivido.

-Soy el primer español que ha fichado la CBS para hacer un programa con James Corden, he estado en el programa de Jimmy Fallon, con Hugh Jackman, con el Papa, he conocido a Julio Iglesias, me he sentado a charlar con Joaquín Sabina del subcomandante Marcos, he sido apadrinado por Chicho Ibáñez Serrador… tantas y tantas cosas que me han pasado en la vida y que me quedan por pasar… no sé si es suerte, energía o lo que sea, pero soy muy afortunado.

Publicidad

-¿Vuelves a menudo a tu tierra, al Grao de Castellón?

-Siempre. Somos muy sicilianos en mi familia, que mi madre son cinco hermanas y las paellas del domingo son maravillosas. Regreso a ver a mis amigos y a mi casa de Benicàssim, a pasear por la playa en invierno, que es lo que más me gusta del mundo.

«Me hundí, pero si hubiera hecho falta me hubiera puesto en el metro»

-Sé que además eres un disfrutón. Por ejemplo, has estado estos días por Madrid Fusión.

-Sí, soy un disfrutón, sí, un loco de la gastronomía. Tengo grandes amigos cocineros aquí en Valencia, como Ricard Camarena o Begoña Rodrigo, y gente como Cuchita Lluch y Juan Echanove, con quienes compartimos muchas cosas. Al final son mundos parecidos.

-¿Por qué?

-Porque hay pasión, esfuerzo, dedicación, pero al final también producto, tierra, piel... tampoco el éxito está garantizado, porque puedes haberlo hecho todo pero el público es el que te dice que sí o que no, como en un escenario. Son dos mundos muy sacrificados.

Publicidad

-Con tu mujer compartes trabajo, afición por la gastronomía y alguna vez has dicho que te pone los pies en el suelo.

-Ella es mi complemento perfecto. Yo le he dado la locura que le faltaba y ella me da a mí la terrenalidad y el sosiego que necesito, porque no puedo estar todo el día con pájaros en la cabeza. Y al revés, que hay que volverse loco un poquito, que si no esto es muy aburrido.

-¿Qué queda del niño que salió del Grao?

-Mi madre me decía: «eres el niño más malo de Europa, pero desde que naciste has tenido una felicidad intrínseca que aún conservas», a pesar de que sufro mucho y tengo mis momentos de frustración y de inseguridad.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€

Publicidad