La boda real de los Orleans revoluciona Valencia

Louis Nicolas Crépy de Orleans y Carolina Torio Ballester se cogían de la mano mientras la voz de Ainhoa Arteta, acompañada del coro catedralicio, inundaba ayer por la tarde la Catedral de Valencia, en una boda real por primera vez en más de 400 años. Hay que remontarse a 1599 para encontrar un acontecimiento como este, aunque en aquella ocasión fue el propio rey de España, Felipe III, quien se casó en Valencia. Más de 400 invitados ocupaban los bancos ante el altar mayor, en una ceremonia oficiada por el vicario general, Vicente Fontestad, que ha estado acompañado del canónigo José Verdeguer.

Era una boda con mucho glamur, y la expectación frente a la puerta barroca era ya muy grande desde que a las tres de la tarde comenzaron a llegar los invitados, llegados de diferentes partes del mundo. La Casa de Orleans han reinado en Francia hasta que fue derrocado el último de ellos, Luis Felipe I, a principios del siglo XIX, y desde entonces se instalaron fuera del país galo.

La novia ha llegado, como manda la tradición, cuando pasaban unos minutos de las cuatro de la tarde, la hora prevista de la boda. Lo ha hecho en un Rolls Royce acompañada de su padre, Antonio Torio, un banquero con una trayectoria ligada al Banco Santander. Carolina llevaba un vestido firmado por el diseñador asturiano Marcos Luengo, un traje muy royal confeccionado en crepe de seda y rematado con un bordado en el escote, en las mangas y en la capa que coronaba el traje. El diseño estaba rematado en unas aberturas laterales y un velo la cubría por completo al entrar a la iglesia del brazo de su padre. En su rostro, una sonrisa radiante, después de un noviazgo de diez años que comenzó cuando ella no había cumplido ni siquiera los veinte. El peinado, a cargo del estilista valenciano Álex Jordán, ha consistido en un moño bajo y muy sencillo que resaltaba la tiara que le ha prestado la abuela del novio, Beatriz de Orleans.

A su entrada a la catedral, Beatriz se ha detenido un momento ante los periodistas que se habían congregado en la puerta de los Hierros de la catedral y ha asegurado sentirse «muy feliz» por el enlace de su nieto mayor. Beatriz, que tiene el rango de princesa, ha estado junto a la novia, Carolina, y su madre, Maite Ballester, vistiéndose y arreglándose en el hotel Westin de Valencia y también ha sido Álex Jordán quien se ha encargado de peinarlas. Maite Ballester ha elegido el mismo diseñador que su hija, Marcos Luengo, y ha vestido una capa verde con forro fucsia que ha combinado con un tocado del mismo tono. Ha acompañado asimismo a la novia en los preparativos de un día tan especial Bárbara de Posch-Pastor, la segunda mujer de Miguel de Orleans, abuelo del novio, y que se divorció de Beatriz en 1994.

La soprano Ainhoa Arteta, a la puerta de la Catedral, se había mostrado muy ilusionada por poder cantar en la ceremonia junto a la Coral Catedralicia de Valencia. La soprano es amiga de la madre de la novia, Maite Ballester, y las dos han formado parte de la lista de las 100 mujeres líderes en España. De hecho, han salido juntas de la catedral al finalizar la ceremonia y han recibido una ovación por parte de los invitados que esperaban a la pareja en la puerta románica de la Catedral de Valencia. También jalearon a su salida a Beatriz de Orleans, que iba acompañada de dos de sus nietos, y a los padres del novio, Clotilde de Orleans, hija mayor de Beatriz, y su marido, el economista francés Edouard Crépy. El matrimonio, que tuvo cinco hijos, vive en Estados Unidos, aunque su boda se celebró hace ya treinta años en Sevilla.

La expectación ha sido enorme, tanto a la entrada por la puerta de los hierros de la Catedral como a la salida por la puerta románica, donde se han congregado decenas de curiosos para averiguar quién se casaba este sábado de puente. «¿Viene la Reina?». Era la pregunta que se hacían tras el rumor de que hoy se casaba un noble en Valencia. Pero no, ningún miembro de la Familia Real ha asistido a la boda, aunque sí estaban invitados. De hecho, Miguel de Orleans conoció al Rey Emérito Juan Carlos I en Estoril cuando era tan sólo un niño, porque fue allí donde se radicaron varias monarquías europeas derrocadas. Posteriormente, Beatriz de Orleans contaba cómo la relación siguió siendo estrecha durante su reinado. «Tanto él como la reina Sofía nos dieron una gran acogida. Nada más llegar nos invitaron a la Zarzuela», contaba Beatriz en Vanity Fair.

Entre los valencianos que sí han asistido, dos amigas de la madre de la novia, Amparo y Pepa Lanuza, además de familiares y amigos llegados de Pedreguer, donde nació Maite Ballester. Tras la ceremonia en la Catedral se trasladaron a una masía de Bétera para celebrar la boda, en un evento que se alargó hasta altas horas de la madrugada.

Louis-Nicolas Crépy es nieto de la princesa Beatriz de Orleans, muy conocida en España, donde ha sido relaciones públicas de Dior, y su exmarido, Miguel de Orleans, hijo del conde de París, y quien compartió exilio en Estoril con don Juan de Borbón y otros miembros de dinastías derrocadas en Europa. Además, está emparentado con la Casa Real española, aunque de forma lejana, con los Orleans, así como con miembros de la nobleza europea.

Por su parte, la madre de Carolina Torio es Maite Ballester, licenciada cum laude en Finanzas y Ciencias Políticas en el Boston College y MBA en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Se trata de una de las empresarias más influyentes del país, fundadora del fondo de capital riesgo Nexxus y miembro de varios consejos de administración. Su padre, Antonio Torio, también estudió en el Boston College y es un banquero vinculado durante muchos años al Grupo Santander.

Viven en Madrid. Él estudió en la Universidad de Colorado y ella, como sus padres, lo hizo en Boston, aunque se decantó por las Ciencias Biológicas con un muy buen expediente académico. Ahora trabaja en la consultoría farmacéutica Pharmalex, mientras que Louis-Nicolas es marketing manager de Pescanova en Estados Unidos.

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