La fiesta del verano en la espectacular casa de Rosa Castellví

El cumpleaños de Rosa Castellví ha sido la fiesta del verano, de esas en las que mueves Roma con Santiago para que te inviten. No importó la lluvia, ni el viento huracanado ni el calor extremo, que afortunadamente no duraron mucho. Más de doscientos invitados se presentaron puntuales en Casa Sardinera, la residencia de verano de la cumpleañera, un espectacular casoplón sobre la misma Cala Sardinera diseñada por el arquitecto Ramón Esteve y que ha salido en catálogos de Dior y Zara Home.

Rosa Castellví lo había previsto todo, incluso unos coches con chófer para que sus invitados pudieran aparcar en una zona cercana en la carretera del Portitxol y que los llevasen y trajesen cuando ellos quisieran. Había una persona en la puerta encargada de que nadie esperase. En el jardín de la casa, con unas vistas privilegiadas al mar, Rosa había dispuesto varias zonas para sentarse, una mesa con cócteles, otra con vinos, además de que varios camareros se ocupaban de que nunca tuvieses la copa vacía. El catering fue una delicia, preparado por Paula Jiménez de la Iglesia, que estuvo en la fiesta pendiente de que todo saliese a la perfección. Delicatessen de todo tipo, jamoncito del bueno, zamburiñas y de postre, ensalada de fruta y algunos dulces para los más golosos.

Entre los invitados, no podía faltar Mayrén Beneyto, que estuvo con sus amigas Carmen Topete, Emilia Cuñat, Maloles Blanquer y Consuelo Borso, Amparo Senís, Paco Gimeno y Flor Vilarrasa, Isabel María Alfaro, Juan Carlos Gómez Pantoja, Vicente Rodríguez y María Luisa Moroder.

Acudieron también Nacho Gómez-Trénor y Carolina Gil, Rafa Aleixandre y Silvia Alonso, Patricia Vilches y Juan Lis, Pilar Pradas, Marieta Martínez Casañ, Juana Ballester, Teté Boluda, Marga Vilarrasa, Cuqui Margarit, Alejandro Peiró y Ana Bolás, Claya Payá, Esperanza Vila con su pareja, Juan Vila, Pablo Serratosa y su mujer Silvia Escolá, Germán Ros y Amparo López, Beatriz Pechuán, Esther Barrera y Carmen García Quijada, todas ideales; compartieron charleta con Alain Trefontaine y Nicolás Mateo. Como la casa es tan grande, los invitados podían quedarse en muchas zonas y el grupo eligió la parte de atrás del jardín más resguardada del viento. Allí coincidieron con el dermatólogo José María Ricart -que parece un xiquet de joven que está, se nota que se aplica sus conocimientos de rejuvenecimiento- y su mujer, Carolina Merino, muy mona y bronceada con un vestido palabra de honor.

En general, los invitados cumplieron a rajatabla el dress-code, que este año era verde y blanco. Rosa Castellví eligió ese color porque el verde es esperanza y el blanco simboliza la paz. «Después de estos últimos dos años, que han sido difíciles de una manera u otra para todos, y aunque todavía hay muchas cosas que nos preocupan y nos hemos dado cuenta de lo frágiles que somos, también nos hemos dado cuenta de lo fuertes que podemos ser. Por eso, me gustaría que volviéramos a ocupar las sillas que quedaron vacías, que volviéramos a escuchar juntos la música que casi se apagó, que volviéramos a bailar bajo las estrellas y poder celebrar, un año más, la amistad». Así invitó Rosa a sus amigos y se cumplió todo lo que quería: la gente habló, rio, se abrazó y hasta bailó y cantó con el grupo Karaoke Rock Band, que actuó en directo.

Entre los más jóvenes estaban los hijos de Rosa con amigos suyos como Jérémy Le Gallic, María Dómine, Paula Soler, Amalia Susino, Manuel Vela, María Valero, Sandra Llop, Nuria Pellicer, Javier Rivaya, Carmen Soler, Francisco Camps, Ana Lainez, compañeros del Caxton de su hija Nuria Pellicer.

La terraza de la casa estaba decorada para la ocasión con helechos, manteles de color verde y maceteros que salían volando del viento que hacía, pero que al final resistieron el envite. «Parece que estemos en Miami del viento que hace», decía Paula Jiménez de la Iglesia horas antes de que llegasen los invitados. Al final todo salió perfecto y la fiesta terminó cerca de las tres de la madrugada.

• Temas
• Fiestas y eventos en Valencia