Un escultor en Netflix

En un primer momento llegó a Cullera, movido por el mundo del tatuaje, que en la Comunitat Valenciana comenzaba a florecer. Estuvo ocho años y luego aterrizó en Valencia, donde gracias a sus estudios comenzó a hacer en casa manualidades de escultura y pintura.

Dejó su carrera como tatuador a un lado y empezó a trabajar en una empresa de decorados valenciana haciendo escenografía para la ópera y el teatro. También para Canal 9, en series míticas como 'L'Alquería Blanca' y muchas otras. En un cambio de aires abrió junto a su mujer una sala de música en la zona de Abastos, Café Borneo, que por suerte o por desgracia traspasaron antes de la pandemia. Seguían llamándole para trabajar en la tele, en producciones valencianas con directores de la talla de Pedro Rosado. «Hay muy pocos escultores, es un sector pequeño», dice Laurent, justificando su éxito laboral. Ahora viaja por todo el mundo trabajando para Paramount, Disney o Netflix. La escenografía de la famosa serie 'Black Mirror' es uno de sus últimos proyectos.

Cuando tiene que trabajar, pasa entre tres o cuatro meses fuera de casa, y lo que más echa de menos es su gente. «Me encanta eso que dicen de 'me la fot' (me da igual), aquí todo es muy tranquilo, la gente es muy fácil», dice Laurent entre risas.

Cuando viene alguien a visitarle, el primer sitio que enseña es la barraca de Toni Montoliu, donde es imprescindible probar una buena paella. Como buen extranjero, vive enamorado de la costa valenciana, Xàbia en especial, que se ha convertido en el sitio de su recreo y es allí donde pasa mucho de su tiempo.

En Laurent Begaudeau reside ese pensamiento tan europeo, y quizás un poco menos español, de ser ciudadano del mundo, o al menos de Europa. Francia, Gran Bretaña, Italia, España… Se mueve por el mapa con mucha soltura y lo mejor de todo, no tiene problemas de adaptación. Aunque lo que sí confirma es algo que ya sabemos: como España, ¡pocos!