Los jóvenes arquitectos que se atreven con el Cabanyal

Para estos dos jóvenes, Pedro de Albacete, Rubén de Zaragoza, que se vinieron a la UPV a estudiar Arquitectura, la luz de Valencia es difícil de obviar, y por ese motivo se ha tenido muy en cuenta en este proyecto. Es el gran lucernario que se levanta sobre las cubiertas del barrio quien retiene la luz cambiante a lo largo del día.

En la parte trasera, un pequeño patio asegura una brisa constante sobre todas las estancias de la casa, gracias de nuevo al lucernario, convertido en un vasto conducto de ventilación, que es capaz de orientar los flujos de subida y bajada de corrientes por la vivienda.

En este proyecto se aprecia la firma de estos arquitectos, con ese cuidado por el detalle, el uso esencial de los materiales, la lectura abstracta de los valores mediterráneos. A pesar de ser un estudio joven tiene tras de sí una trayectoria sólida, con concursos públicos como el auditorio de Benitatxell o la facultad de Arquitectura de Murcia. Detrás, la actividad investigadora de los dos arquitectos y sus incursiones en otros países.