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Todo comenzó un día en la iglesia de San Nicolás hace ya siete años. Majo Gimeno había entrado a refugiarse cuando pasaba por un momento duro en el trabajo, y un sacerdote le cuenta que hay un niño solo en el hospital que no tenía quien le cuidara. «Fue como decirme: date un baño de humildad», recuerda. Y a Majo Gimeno se le partió el alma cuando se dio cuenta de que no podía acompañarlo, de que no era tan fácil llegar y sentarse a su lado. Ni a él ni a todos los pequeños que tienen que pasar tiempo hospitalizados sin nadie a quien coger de la mano porque viven en centros de menores, o porque han sido maltratados por sus propios padres. «Saber que había niños solos en el hospital me quitó la paz», reconoce.
Aquello fue el germen de Mamás en Acción, un colectivo que en estos años ha crecido imparable y que ha conseguido lo que se propuso, que ningún niño pase tiempo solo ingresado, que haya siempre una 'mamá' (o 'papá') que esté a su lado, para darle cariño, para hablarle, para consolarle. Son más de un millar de voluntarios que en diez minutos cubren los turnos de cualquier acompañamiento, que después de muchas trabas han conseguido situar su labor en los hospitales valencianos como un modelo a seguir en toda España. Y Majo Gimeno podría estar satisfecha con lo que ha logrado, porque todo este proyecto lleva su sello, el de ofrecer cariño a un niño al que le falta de todo sabiendo que no es fácil reanudar su vida como si no pasara nada. «Cuando llego a casa y mis hijos vienen a abrazarme corriendo te das cuenta de lo afortunados que somos, que tenemos una familia, que están sanos, que nos queremos».
Sí, Majo está orgullosa del trabajo hecho, pero hace tiempo que sabe que no ha terminado su labor. Ni mucho menos. Y para conocer el porqué de sus motivaciones hay que retroceder hasta su infancia. Al ejemplo que recibió de sus padres, que siendo ella y su hermana ya mayores, acogieron primero a un niño de Kosovo y, al poco tiempo, a otro niño ciego. «Nos enseñaron a tener empatía». Y a comprometerse.
Majo se preguntaba: «¿Por qué hay niños solos en un hospital?» Y la respuesta es, casi siempre: «porque están viviendo en centros de menores». Concretamente, hay 3.929 en la Comunitat Valenciana, según datos del Ministerio de Derechos Sociales. Con el informe en la mano, se constata que en España hay más de mil niños que tienen de 0 a 6 años residiendo en centros de menores pese a que la ley lo prohíbe. Y a Majo, que los ha conocido por dentro, que sabe que, aunque estén bien cuidados, esos lugares no son un hogar, que allí hay mucha soledad, le hierve la sangre. «Porque el cariño no se compra, se regala».
- Niunniñosinfamilia.es es la página web que tiene como objetivo encontrar familias que quieran acoger a niños que se encuentran en centros de menores. Majo Gimeno anima a las entidades que trabajan en pro de la infancia a sumarse a una iniciativa para tener más fuerza y entre todos coliderar el proyecto.
El jueves pasado se celebró el Día Mundial de la Infancia y aprovecharon para lanzar una campaña en la que llevan tiempo trabajando y con la que pretenden llevar más allá su lema de 'Ni un niño solo'. Por este motivo, Majo Gimeno y el equipo de Mamás en Acción, junto con la Asociación Estatal de Acogimiento Familiar, ha puesto en marcha un proyecto con el objetivo de que no haya 'Ni un niño sin familia'. El propósito es coliderar, que todas las entidades que lo deseen se sumen a un manifiesto que tiene un fin claro: encontrar familias para los menores tutelados por la Administración. «Desde la humildad, queremos conocer cuántas familias están dispuestas a acoger a un niño, e identificar cuál es el problema, el porqué todavía hay tantos menores en centros», explica Majo Gimeno. Es un objetivo ambicioso, reconoce, pero «no podemos quedarnos de brazos cruzados».
Esta mujer, directora de proyectos de márketing, ha contado todo este tiempo con el apoyo de su familia, de su marido, que «me quita mucha culpa», sobre todo cuando al principio pasaba mucho tiempo en el hospital. O cuando «me sostiene porque estoy al límite». Como ahora, porque a pesar del proyecto ilusionante, no está pasando por el mejor momento. «Con la pandemia se han cancelado todos los eventos de monetización que Mamás en Acción iba a celebrar durante el año, tenemos seis niños acompañando en el hospital y todavía no hemos conseguido el dinero que necesitamos para el seguro de responsabilidad civil», cuenta Majo, que hace ya tiempo que perdió los reparos en llamar a puertas y más puertas. Y cuando pierde las fuerzas, recuerda las cartas a los Reyes Magos que los niños tutelados escriben cada año tras una campaña que comenzó Mamás en Acción. «Queríamos que cada niño pudiera pedir regalos que le hicieran ilusión y hacer realidad sus sueños». Pero, ¿qué hacer cuando la carta dice: «Queridos Reyes Magos, este año quiero que me traigáis una familia»?. Majo cree todavía en la magia de Melchor.
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