La mascota de Álex Jordán

El primer encuentro entre Alex Jordán y Chori no fue bueno. Hacía poco que Álex se había enamorado de Max y este quiso presentarle a su perrita, una chihuahua nacida en Buenos Aires que venía de vivir diez años en Francia. «Max es argentino y llevaba años trabajando en París para Gucci o Jean Paul Gaultier. Chori estaba acostumbrada al ambiente de los talleres de costura, es una perra de mundo que ha viajado mucho y volaba en business, es muy glamurosa, como en 'Desayuno con Diamantes'», bromea el peluquero valenciano.

Cuenta Álex que al principio chocaban pues ambos tienen carácter y ninguno de los dos quería ceder terreno. Además, Álex nunca había tenido mascota y no tenía conciencia de lo que significa tener un perro. Pero poco a poco fueron entendiéndose, el estilista le daba de comer y le proporcionaba cuidados y Chori se iba entregando a su nuevo dueño. «Se me ha despertado un gran sentimiento de responsabilidad. Yo no sabía lo que significaba tener una mascota, es increíble el afecto que se les coge sin darte cuenta. Le tengo tanto cariño que hasta me molesta la gente que les critica con el hecho de tener perros en casa».

Chori es una perrita de costumbres muy arraigadas. Cuando se van a acostar ella va detrás, hace sus necesidades en un empapador y se tumba en la cama con ellos, donde se tapa con la manta como si fuera uno más. Tiene un muñeco preferido que suele llevar con ella y que les entrega para que se lo lancen y jugar a recogerlo. Aunque come su pienso además complementan su dieta con algunos alimentos que cocinan para ella. «Si le das pollo a la plancha tres días seguidos el cuarto ya no lo quiere, le gusta la variedad. Aunque le encanta comer nunca ha cogido comida de una plato o de una mesa, es una perra a la que han educado muy bien desde que era un cachorro y eso se nota».

Chori es muy casera, de vez en cuando visita a Álex en su salón de peluquería para saludarlo y quedarse junto a él, ya que no es especialmente sociable con los desconocidos. Si la afición favorita de Chori es pasar tiempo junto a Álex y Max, una de las cosas que más le gusta cuando salen de casa es pasear por la playa y bañarse en el mar. Piensa que Valencia es un buen lugar para tener perro, pues es una ciudad tranquila que además disfruta de un clima estupendo y en la que existe una costumbre arraigada de tener mascota. Lo que sí que echa de menos es poder entrar con Chori a los restaurantes, algo que en París está muy normalizado. Los dos han creado una relación basada en la complicidad y a veces disfrutan compartiendo momentos solo para ellos. «Hace poco Max se fue fuera y yo me quedé con ella. Recuerdo que pasamos por una tienda de ropa para perros, entramos y ella se eligió su propio vestido. Le probé unos cuantos y cuando uno no le gustaba ladraba…».