La mascota de Clara Castro de Quesada

Cuando Clara Castro decidió regalarle un perro a su marido Fran todavía eran novios y ella vivía con sus padres. Aún estaba decidiendo la raza cuando una amiga suya veterinaria la llamó para decirle que alguien había dejado en su clínica un cachorro de Beagle. «Lo compraron pero enseguida se arrepintieron, tenía solo cuatro meses. No lo dudé ni un segundo, me hice cargo de todas las vacunas y las revisiones y nos lo quedamos», explica la bloguera conocida en redes como Saquito de Canela.

Desde pequeña, Clara convivió con un perro en casa, de hecho cuando nació, sus padres tenían un Schnauzer gigante, por ello sabía de lo beneficioso que es para un niño criarse con una mascota. «Con mis hijos es una pasada y le sale el instinto protector. Le gusta mucho tumbarse y pedirle a quien esté al lado que le rasque la tripa, su lugar favorito para dormir es tocando los pies de alguien».

Pese a que el Beagle es una raza de caza que necesita quemar mucha energía, con los años Yaco se ha convertido en un perro súper tranquilo y muy cariñoso. Una de las cosas que más disfruta son las excursiones que hacen los fines de semana a lugares como Anna o Santo Espíritu, donde puede correr a sus anchas. Como peculiaridad, Yaco es de los pocos perros a los que les encanta viajar en coche y lo hace con frecuencia, pues el marido de Clara es de Sevilla y suelen ir a visitar a su familia. «Tengo amigas que me cuentan que sus perros se marean en el coche y que cuesta mucho llevarlos. Yaco nunca se ha quejado, hace las ocho horas tan tranquilo». Como la familia reside en una casa con terreno, Yaco vive al aire libre pero. Pese a eso, ha aprendido y conserva la disciplina de hacer sus necesidades durante los paseos, en los que los niños ya se han acostumbrado a salir con la bolsa y la botellita de agua para dejar todo como estaba.

Hace unos meses, Clara fundó junto a su socia Kran Club, un proyecto destinado a fomentar la creatividad e inteligencia de los niños a través de actividades personalizadas. Tanta es la importancia que para Clara tienen los animales en la vida de los niños que los protagonistas de la pandilla del club son un gato, una gallina, una vaca y un caballo. «Los niños crean vínculos emocionales muy potentes con los animales y a través de ellos tenemos la oportunidad de generar valores positivos. Si se puede, es necesario criarse con un perro. Les enseña disciplina, les ayuda a enfrentarse a miedos y les aporta seguridad», explica Clara, a la que también Yaco ha aportado muchas alegrías todos estos años que llevan conviviendo juntos».