ELENA MELÉNDEZ
Domingo, 27 de octubre 2019, 01:16
Eva Marcellán, su hija Irene Manglano y Bibi forman un trío alegre, colorido y femenino. Su aventura comenzó el día que Ramón Almazán, marido de Mayrén Beneyto, la abuela de Irene, decidió hacerle a Irene un regalo especial con motivo de su octavo cumpleaños. Hacía tiempo que Irene soñaba con tener un perro, pero Eva en un principio no quería debido a la dedicación y responsabilidad que una mascota conlleva. «Ramón me convenció, primero le dije a Irene que la tendríamos una semana de prueba, y le cogimos cariño desde el primer momento. Es una perra buenísima, apenas ladra y nunca ha roto nada de la casa. Además, es muy tranquila y le encanta estar con nosotros pero sin invadir», explica Eva.
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Nombre: Bibi.
Edad: Dos años.
Raza: Bichón maltés.
Origen: Comprada en un criadero de Castellón.
Gustos: El agua y hacer volar a las palomas.
Una vez que decidieron tener un perro fueron hasta un criadero de Castellón donde les mostraron dos cachorros, uno de los cuales era Bibi. Eva la cogió y supo que era para ellos. Ya en Valencia sorprendieron a Irene con la llegada de la pequeña bichón maltés a la que bautizó como Bibi, el apodo con el que Isabel, la hermana mayor de Irene, llamaba a su bisabuela, que era gran amante de los perros y llegó tener cinco. «Da la casualidad de que el 20 de octubre, que es el día que sale publicado este reportaje, Bibi cumple dos años. Criarse con una mascota es muy bueno para los niños, les enseña a ser responsables y da mucha alegría».
A Irene se le ilumina la mirada cuando habla de Bibi. Una de las cosas que más le gusta a la perrita es correr detrás de las palomas hasta que alzan el vuelo. También disfruta cogiendo los calcetines cuando algún miembro de la familia se los quita y huir con ellos buscando que alguien la persiga. Pese a que no le gusta nada la hora del baño, le encanta lamer el agua de las piernas cuando salen de la ducha. «Tiene un novio que se llama Théo, es un bichón maltés al que conoció en el parque. Me gusta mucho que nos acompañe al colegio, allí todos los niños se acercan a saludarla. Yo le enseñé a bajar las escaleras del portal, es muy lista», asegura Irene.
Para Eva, Valencia es un buen lugar para tener perro, pues cada vez hay más tiendas y cafés a los que puedes entrar con tu mascota, pero cree que aún nos queda para estar al nivel de ciudades como Londres, donde puedes estar con tu perro en todas partes. Pese a que en casa de sus padres tuvieron perro durante mucho tiempo Eva no conoció la raza hasta que su hermana Begoña se hizo con un bichón maltés hace unos años. «Bibi se ha adaptado al ritmo de casa, ha encontrado su espacio. Le encanta tumbarse debajo del banco de la cocina donde puede estar tranquila pero a la vez ser partícipe de la vida en familia. Estamos encantados con ella», asegura Eva, que celebra la oportunidad que Irene les ha dado a todos de vivir con un animal doméstico.
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