Jorge Martí, esta semana bajo una buena nevada, delante de su casa. LP

Las Navidades de cuento mágico del líder de La Habitación Roja

Jorge Martí vive con su familia en un municipio noruego llamado Molde, donde la nieve es protagonista y las fiestas se toman muy en serio

Lunes, 19 de diciembre 2022, 01:59

Después de la nevada de la noche del pasado jueves, el día ha comenzado para Jorge Martí quitando nieve. Ha tardado más de una hora en despejar la entrada de su casa, también la de su suegro, que vive muy cerca. Podrían haber sido ... dos horas, pero se ha comprado una pequeña quitanieves para un trabajo que en Molde, el municipio noruego donde vive el líder de La Habitación Roja con su familia, es casi diario en invierno.

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Jorge Martí admite una especie de amor-odio con la nieve, que aparece en octubre y no se va hasta mayo en esta región al norte de Oslo, donde los paisajes y el clima son extremos. A las diez ha salido un sol tímido, que apenas durará unas cuatro horas antes de que deje paso a una noche cerrada e interminable.

Quizás sea por esa oscuridad, por esas temperaturas que impiden la vida en la calle tal y como la conocemos en el sur de Europa, «la Navidad es un momento que se vive de una forma única en Noruega», explica Jorge Martí, que explica que las luces navideñas adquieren otra dimensión. «Durante el invierno apenas hay luz y hay mucha gente que incluso las deja puestas durante todo el mes de enero». En el sótano de su casa hay varias cajas bien etiquetadas por tipos de adornos navideños: del árbol, las luces exteriores, la casa...

Su mujer, Ingrid, prepara un calendario de adviento donde sus dos hijas irán abriendo pequeños regalos durante el mes de diciembre. Incorporada a la conversación desde su casa de Noruega y con un perfecto castellano, la mujer de Jorge explica que estos días harán galletas típicas de Navidad -cuando ella era pequeña las preparaba con su madre, recientemente fallecida, y llegaban a hornear hasta quince tipos de dulces- además de diferentes platos que solamente se preparan en estas fechas, como un costillar de cerdo al horno llamado 'jule ribbe' o unos bollos con forma de gato que se llaman 'lussekatt'. «Aquí pasamos mucho tiempo en casa».

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Arriba, Jorge Martí frente a su casa. Abajo, adornada con luces de Navidad y, la derecha, vestido de Nisse. LP

Todavía hoy, y después de casi veinte años viviendo en Noruega y un pie en España, el vocalista se asombra de cómo en estas fechas sólo se respira Navidad, con multitud de tradiciones que se van heredando de padres a hijos. «No sólo es una cuestión religiosa. Tiene que ver con el solsticio de invierno, cuando se celebra que a partir de ese momento la luz va ganando terreno a la oscuridad. Es muy importante en Noruega porque noches tan largas afectan hasta al estado de ánimo».

Jorge Martí se ha vestido varias veces de Nisse, un personaje de la mitología escandinava anterior al cristianismo, y que ahora se identifica con Papa Noel. «Con un saco a cuestas lleno de regalos, entra a las casas». Todavía hoy, con sus hijas ya adolescentes, mantienen la tradición de dejar el saco en la puerta. «Nunca se habla de la identidad de quien trae los regalos». Forma parte de la magia.

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