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Carlos Ortenbach, Pichi Ferris, Norma Duval, Julio Tormo, Pepe Moreno, Maribel Verdú y José Miguel Aranda, director del hotel.

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Carlos Ortenbach, Pichi Ferris, Norma Duval, Julio Tormo, Pepe Moreno, Maribel Verdú y José Miguel Aranda, director del hotel. Foto cedida casino monte picayo

Las noches del casino Monte Picayo de Valencia

Monte Picayo se convirtió en los años ochenta en el lugar de moda para la alta sociedad valenciana, donde lucían abultada billetera entre actuaciones de archifamosos artistas y apuestas a la ruleta, el póquer o el mus

Miércoles, 10 de marzo 2021, 01:18

Hubo una época en la que trabajando podías hacerte rico o, al menos, permitirte ciertos lujos. Eran los años en los que una familia media podía comprar una segunda vivienda y viajar a Andorra para comprar queso, chocolate y mantequilla.

Había pasta gansa gastadora. Los profesionales liberales ganaban un pastón. Los dueños de un comercio vivían holgados. Había un enjambre de empresas familiares que iban como un tiro. Y quien tenía un puñado de hanegadas de naranjos, todos los años recibía una extra sustanciosa. Además de dinero, había ganas de divertirse y demostrar que a uno le iban bien las cosas. Las mujeres se ponían sus mejores joyas y pieles para los estrenos del teatro Principal y los hombres fumaban puros y fanfarroneaban de coches (y de los abrigos y joyas de su mujer).

Lola Flores cantaba de noche y jugaba de madrugada. Miguel Ángel Pastor, detrás, tenía que abrirle paso. «Con ella era imposible». Foto cedida casino monte picayo

En esos años nació y tuvo su mayor gloria el Casino Monte Picayo, que abrieron en 1979 Jesús Gómez Escardó y su mujer, Alicia Cerezo. «Contrataron a Luis Fradejas, presentador del programa 'La juventud baila', como enlace en Madrid y él fue quien trajo a los invitados VIPS», cuenta Miguel Angel Pastor, que fue relaciones públicas del casino. «Los fines de semana desfilaban aristócratas como la condesa de Montarco, la princesa de Orleans; cachorros de la Casa de Alba y de los Holenlohe, Terry, Domecq, Garrigues y hasta un principiante Bertín Osborne, que tenía en Monte Picayo un cuartel general hasta donde se desplazaban jóvenes de la sociedad valenciana ansiosas por conocerle».

Durante esos años, el casino fue el lugar de encuentro de la burguesía. «En esa época se ganaba dinero con la naranja y venían al casino a gastarlo; jugaban también médicos importantes e industriales, además de gente de Madrid. Lina Morgan pasaba las navidades en el casino», cuenta Mayrén Beneyto.

Romina Power, Albano y la periodista Mar Monsoriu. | Javier Ormaechea, director de Promoción, Carmen Sevilla y Vicente Patuel. Un jovencísimo Bertín Osborne, en el casino en una de sus primeras actuaciones. Foto cedida casino monte picayo
Imagen principal - Romina Power, Albano y la periodista Mar Monsoriu. | Javier Ormaechea, director de Promoción, Carmen Sevilla y Vicente Patuel. Un jovencísimo Bertín Osborne, en el casino en una de sus primeras actuaciones.
Imagen secundaria 1 - Romina Power, Albano y la periodista Mar Monsoriu. | Javier Ormaechea, director de Promoción, Carmen Sevilla y Vicente Patuel. Un jovencísimo Bertín Osborne, en el casino en una de sus primeras actuaciones.
Imagen secundaria 2 - Romina Power, Albano y la periodista Mar Monsoriu. | Javier Ormaechea, director de Promoción, Carmen Sevilla y Vicente Patuel. Un jovencísimo Bertín Osborne, en el casino en una de sus primeras actuaciones.

Los más veteranos aún recuerdan las famosas 'Noches de Monte Picayo', unas galas a las que solo podían acceder 200 personas y en donde actuaron desde Lola Flores al Dúo Dinámico, Mª Dolores Pradera, Julio Iglesias, Rocío Jurado, Massiel, Francisco, Karina, María Jiménez o Tip y Coll. «Las mesas situadas cerca del escenario se reservaban a las familias más notables de Valencia como los Lladró, los Sáez Merino o los Boluda-Fos». Las señoras encargaban vestidos para la ocasión. Se fumaba, se bebía y por supuesto se jugaba, a la ruleta, al póquer o al mus. «En unos minutos he visto perder millones de pesetas y en otras ocasiones ganarlos», cuenta González Cepeda, que fue director del casino. Las verbenas del verano también fueron memorables. «Era el acontecimiento social de la temporada antes de hacer las maletas rumbo a Xàbia o Benicàssim», cuenta Pastor.

A mediados de los noventa el casino empezó a languidecer, la naranja ya no daba dinero, los vips dejaron de ir a las verbenas y los herederos vendieron el casino a una empresa de juego, que desvirtuó aquel espíritu que atraía a la jet-set de entonces. El hotel cerró en 2006 y el casino en 2014.

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