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Raúl Compés se ha involucrado de manera especial con el vino. LP

¿Quiés es Raúl Compés?

Dedicado a teorizar sobre el mundo agroalimentario, del que proviene por herencia familiar, este agrónomo tiene claro que en momentos como el actual hay que reevaluar necesidades. Siente que, en su caso, se haya perdido un legado que va más allá de lo meramente económico

Sábado, 16 de mayo 2020, 00:42

Raúl Compés está estos días dando las gracias. Se considera un privilegiado porque puede seguir con su actividad profesional desde casa, porque lo de investigar y escribir, al menos en su caso, no está supeditado a un espacio físico. «El reto es la parte docente, y ahí nos hemos tenido que reconvertir todos», explica este ingeniero agrónomo, profesor en la Universidad Politécnica de Valencia, que cree que el contacto directo es esencial a la hora de transmitir al alumno «la motivación y la pasión, pero también el enriquecimiento personal que aporta esa conexión». Raúl Compés lleva años dirigiendo tesis, escribiendo artículos y recogiendo premios por sus publicaciones; además, hace unos años redirigió su mirada hacia el sector vitivinícola y ahora es vicepresidente de la Asociación Europea del Vino. Quizás era una deriva natural, viendo de dónde viene.

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-¿Por qué se decidió por Agrónomos?

-Puede que por mis orígenes. Provengo de una familia agrícola, teníamos una bodega familiar, vivíamos en un entorno rural y de pequeño fui mucho con mi padre a ayudarle en las tareas del campo. Además, siempre me han interesado todas las cuestiones relacionadas con la alimentación, el medio ambiente y la importancia de lo agroalimentario en nuestra sociedad.

-¿Sintió su familia algo de decepción por el hecho de que no siguiera con la bodega familiar?

-Desde pequeños nos inculcaron la importancia de estudiar como la mejor forma de tener un buen futuro profesional. Cuando éramos niños la agricultura, aunque fuera vinculada al vino, no era una actividad tan gratificante, las condiciones de vida no invitaban a quedarse. Por otro lado, sí es cierto que se pierde un patrimonio familiar, un legado, y que va más allá de lo meramente económico.

«Con los años mi curiosidad por saber es cada vez mayor»

-¿Cuán importante es para usted ese contacto con la tierra, ya de forma personal?

-Además del contacto estrecho que mantengo por mi profesión con productores, agricultores y empresas relacionadas con el sector agroalimentario, a nivel personal también procuro estar en contacto con el medio rural. En vacaciones aprovechamos para conocer empresas relacionadas con el sector del enoturismo, estar un poco al día y, además, descubrir nuevos paisajes. Me interesa mucho seguir descubriendo de primera mano, más allá de una mera investigación académica, el mundo agroalimentario. Y lo que me he dado cuenta en los últimos tiempos es que esa esa curiosidad va a más.

Un sueño por cumplir

  • Seguir alerta a los problemas. Raúl Compés no plantea ningún objetivo en particular que no sea «estar despierto, alerta, a los problemas que van surgiendo y que nos van a exigir un esfuerzo mucho mayor del que hemos conocido hasta ahora». Según este investigador, hace treinta años pensábamos que la mayor parte de los conflictos estaban superados, que habíamos encontrado un modelo económico y político, que ya nada escapaba a él. «Se ha demostrado que es un error».

-¿Hasta qué punto cree que la curiosidad es importante en un investigador, más allá de las cuestiones profesionales?

-La base de todo es nuestra necesidad de saber, de estar siempre abierto a lo que pasa delante de tus ojos, del deseo de encontrar una respuesta o, al menos, una explicación. Nace de la curiosidad de hacerse preguntas, de la sorpresa y del reconocimiento de la ignorancia, de querer saber más. Y de seguir maravillándose por las creaciones del hombre y de la naturaleza. Quizás por eso también me gusta la filosofía, porque creo que te estimula a hacerte preguntas, te ayuda a posicionarte frente a lo que ves y a desarrollar un cierto sentido crítico.

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-Cuando alguien como usted se acostumbra a nivel profesional a mirar siempre hacia adelante, ¿lo acaba trasladando a su forma de ser?

-Sí, no deja de haber una interacción entre la parte profesional y lo que acaba siendo tu vida personal.

-Si hablamos del momento actual, ahora nos podemos dar cuenta de cuán esencial es el sector agroalimentario, si es que algunos lo habíamos olvidado.

-Antes de que empezara todo recuerdo que yo les decía a los alumnos: «la alimentación la damos por segura, parece que siempre va a estar ahí, que vamos a encontrar las estanterías llenas de comida». Desgraciadamente, esta crisis nos hace recordar que producir alimentos para la sociedad exige de una cadena, recursos y, también, de la administración pública para que quede garantizada. Porque vivíamos en un mundo del bienestar, o de la opulencia, donde acabamos perdiendo la noción de qué es una necesidad. Y eso nos obliga a poner los pies en tierra y reevaluar.

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