Tules y bordados, claves para vestir romántica

Las tendencias siempre responden al momento que estamos viviendo, a las condiciones culturales, socioeconómicas, incluso políticas, que llevan a un individuo a pensar de qué modo vestir. Y es que, aunque no lo creas, de forma consciente o inconsciente todos los días transmitimos con nuestra vestimenta un mensaje que de un modo u otro nos hemos parado a meditar. Nuestra forma de vestir es un fiel reflejo de nuestro estado de ánimo. La tristeza o la alegría se verán reflejados, sobre todo, en los colores que elijamos ese día para nuestro vestuario.

Pijos, hippies, góticos, raperos, chonis, reggaetoneros: lo mismo da, las tribus urbanas, incluso las distintas clases sociales emplean la moda buscando la diferenciación del resto. Y esa vieja expresión de que la primera impresión es lo que cuenta seguirá vigente antes, ahora y siempre. Nunca ha cobrado tanto significado como en estos momentos.

Yo me quedo con la cita de Daniel Roseberry, diseñador estadounidense que es el director creativo de la casa francesa de alta costura Schiaparelli: «Creo que, cuando los tiempos son realmente difíciles, buscamos la moda que nos hace sentir emociones mas profundas». Razones no le faltan, sobre todo por la época en la que no está tocando vivir en estos momentos.

Y es que la primavera siempre trae cambios y buscamos vestirnos de sueños, tules, romanticismo, aires frescos, de esperanza... Y la costura es la que nos permite llevar la suntuosidad a su máxima expresión, sea a través de los tejidos para la confección de los diseños o por las aplicaciones o bordados que los enriquecen.

Nos vestimos de fantasía porque vamos a imaginar un mundo en paz, armonía y libertad. Un fiel reflejo de nuestros anhelos.