El yoga más allá de la esterilla

Hasta que no cumplió treinta y cinco años Susana Aparicio no descubrió lo que es el deporte. Coincidió que en esa época cerraron Canal 9 y su amiga Leticia, que hasta ese momento trabajaba en la cadena, decidió reinventarse y sacarse el título de entrenadora personal. «Me lancé a ejercitarme con ella, me enganché y ya no he parado. Me encanta el cuerpo fuerte en la mujer», explica la periodista, que trabaja en el departamento de comunicación del Instituto Médico Ricart. Duranrte el confinamiento empezó a sumarse a algunos retos deportivos de Instagram con su amiga Loreta, que es instructora de yoga, algo que hizo de las semanas en casa algo mucho más llevadero. Cuando volvimos a salir Loreta le convocó un día en Yoga Flow, el centro en el que se formó, para asistir a una clase. «Yo antes pensaba que el yoga era aburrido, pero me di cuenta de que estiras un montón, activas la musculatura, fortaleces el sistema inmune, oxigenas el organismo, ejercitas la constancia y pones a prueba tu fuerza de voluntad. El yoga hay que descubrirlo, es una activación de tu propia disciplina y un ejercicio de perseverancia».

MATERIAL. «Para practicarlo solo necesitas una esterilla, ropa cómoda que te haga sentir a gusto pero ajustada para mostrar los movimientos y un bloque para poder conseguir ciertas posturas».

INTENSIDAD. «La práctica va más allá de la esterilla, el yoga que hago con Loreta nos lo hemos inventado, es muy físico, y estamos una hora estirando para preparar el cuerpo».

COMPLEMENTO. «Aunque funciona igual sólo, para mí es perfecto compaginado con el entrenamiento funcional; con el yoga consigo estirar más y me facilita la realización de otros ejercicios de fitness».

EMBELLECE. «Dicen que la cara es el espejo del alma. Es una disciplina que favorece tanto de forma interna como externa, te pone guapa».