B. González
Enguera
Miércoles, 22 de noviembre 2023, 16:30
Beatriz Sancho trabaja como agente de desarrollo local (ADL) en la Mancomunitat la Costera-la Canal y este verano ha tenido la oportunidad de participar en el programa de voluntariado del Fons Valencià per la Solidaritat, 'Especialista Municipal Voluntario' que la entidad mantiene con Ecuador.
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Beatriz realizó su voluntariado en el municipio de Puyo, perteneciente al cantón de Pastaza, asesorando a emprendedores. "He sido pionera en trabajar en esta zona, donde hasta ahora no se había colaborado. Se trata de un cantón que está a las puertas de la selva Amazónica, fuera de las zonas habituales de cooperación", señala.
No tener contacto con el resto de cooperantes durante el mes de su estancia, le permitió estar inmersa totalmente en la zona y conocer muy bien la forma de vida de Puyo, una de las ciudades más grandes en población del país, y también la parroquia de Canelos, cercana al municipio, donde conoció a un grupo de artesanas de cerámica denominadas 'Uru warmi'.
Su labor consistió en realizar un diagnóstico de un centro comercial al que querían impulsar y promocionar los comercios. "Este centro había estado abandonado y se había convertido en una zona conflictiva y el Ayuntamiento quería recuperarlo como centro comercial y necesitaba de un impulso para quitar la imagen que se tenía", explica Beatriz.
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La cooperante explica que el edificio era muy sencillo y básico, "como si fuera un mercadillo pero cubierto". Los negocios que están funcionando son básicamente de productos artesanos y manualidades y al frente de ellos, en su mayoría, están mujeres.
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"Están las que ofrecen champús elaborados por ellas mismas; jabones o lo que ellas llaman vino, que en realidad son licores; así como bisutería. Todo elaborado con semillas que recogen en la selva", describe Sancho. Su trabajo consistió en ayudarles a redefinir lo que hacen, especialmente en el tema del margen comercial, que sepan lo que vale la materia prima y el trabajo del producto que ponen a la venta y el precio al que tienen que venderlo para sacar beneficio. "No sabían el margen de beneficio que sacaban. Algo tan obvio para cualquier emprendedor, ellos ni se lo habían planteado".
"La experiencia ha sido muy bonita a nivel personal. Te quedas con ganas de hacer más, en la medida que los vas conociendo bien", asegura Beatriz, quien también destaca el contacto que tuvo con las indígenas de la parroquia de Canelos. "Mujeres que realizan cerámica con las manos, pero como si la tejieran, por eso se denominan 'Uru warmi', que en kichwa significa araña tejedora".
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"Son gente muy sencilla, que lo da todo y te sientes querida y muy valorada". Es por ello que Beatriz tiene claro que si se presenta otra oportunidad estará encantada de repetir. porque además asegura que el voluntariado está en su ADN. Hace unos años estuvo en Guatemala como voluntaria con una comunidad religiosa y a raíz de esa experiencia trabaja con Cáritas y otras oenegés.
Lo que tiene claro es que si va a un programa de estas características es porque sepa que pueda ayudar y ofrecer sus conocimientos, "que pueda dar más de lo que sé que voy a recibir, que es mucho y que me sienta cómoda con lo que voy a colaborar".
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Beatriz Sancho tiene una extensa formación en el ámbito empresarial y del desarrollo socioeconómico local. Actualmente es coordinadora del Pacto Territorial La Costera-La Canal para la inserción laboral de la Mancomunidad La Costera-La Canal.
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