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B. González
Ontinyent
Lunes, 22 de abril 2024, 17:22
Los vecinos del Camí Senda Cinc Germans y el Área 20 de Ontinyent están al límite de sus resistencia y también paciencia con el problema de los olores que aseguran vienen soportando desde hace más de quince años. Unos olores que provienen de una empresa textil, la antigua Colortex, y para la que, aseguran, ninguna administración les ha dado una solución.
Al contar con una autorización especial, las competencias sobre cumplimientos medioambientales dependen de Conselleria y, por tanto, con la entrada del nuevo gobierno en la Generalitat, han tenido que volver a trasladar el problema.
Así, el pasado mes de marzo pudieron entrevistarse con el director general de Calidad Ambiental, Jorge Blanco, a quien volvieron a pedir una solución porque «nosotros estamos cada vez peor. El verano está ahí y si seguimos así vamos a caer enfermos», asegura Mª Carmen Coll, una de las representantes de la asociación que estuvo en la entrevista.
Desde la dirección general se les invitó a realizar mediciones con el día, hora, ubicación e intensidad del olor durante unas semanas y las remitieran. Así lo han hecho y, a través de los técnicos municipales, lo han hecho llegar.
Pero además, desde la Conselleria informan que, atendiendo a unas mediciones que se realizaron del 1 de marzo al 27 de julio de 2023 y dado que no son concluyentes los resultados, se ha tramitado una Modificación No Sustancial (MNS) de la Autorización Ambiental Integrada (AAI) de la que dispone la empresa.
En esa MNS se solicita a la empresa revisar todas las aguas tratadas, tanto las que produce como otras externas que le llegan, que podrían estar detrás de las molestias. «Una vez concluido este proceso en trámite ya se podrá modificar la autorización general para, si cabe, acotar la actividad», explican desde Medio Ambiente.
Y es que, según explican desde la administración autonómica, tras la campaña de medición que se llevó a cabo el año pasado, con una unidad móvil instalada en la calle del Jacquard, frente al número 23 del Polígono Industrial, se encargó un estudio de dosimetría para medir los niveles de las principales especies olfativas de las emisiones. Esos resultados, según explican, no fueron concluyentes en cuanto al origen de los contaminantes que fueron medidos, aunque el estudio dosimétrico apunta como posible foco la estación depuradora.
Es lo que vienen denunciando los vecinos, que la causa está en la depuradora, pero insisten en que no son las aguas las que producen los olores. «Los resultados de los análisis de las aguas salen bien porque pone mucho oxígeno para que así sea. La causa está en los motores de las balsas, que están rotos».
Al respecto, y al desconocer a quién corresponde la revisión de la maquinaria de la empresa, de si funciona correctamente, ya han solicitado una reunión con los responsables de la Conselleria de Industria, como posible competente.
Lamentan que la empresa juega y se aprovecha de ganar tiempo con estos procedimientos administrativos mientras ellos continúan sufriendo las consecuencias. Es más, insisten en que no es sólo un problema de los vecinos de la zona, sino que es de toda la población porque cada vez el mal olor se puede percibir en más lugares. Y no es sólo las molestias del apestor, sino que no saben cómo puede estar repercutiendo las partículas que se están emitiendo a la atmósfera y que ellos están respirando.
Por ello, están van a ponerse en contacto con asociaciones vecinales de todo el municipio para solicitar su apoyo y están dispuestos a movilizarse para que se atienda de una vez por todas el problema.
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