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A. Talavera
Jueves, 7 de abril 2022, 17:32
La familia de Jordi, el niño asesinado por su padre en Sueca el pasado domingo, sigue destrozada por la enorme pérdida pero esto no les va a impedir luchar por un único objetivo, que se haga justicia. Así lo quiere su madre, María Dolores, que va a pelear para que el máximo peso de la justicia recaiga sobre su expareja. Así lo ha expresado su letrada, Reyes Albero, que ha comentado que en estos momentos esta mujer está recibiendo el apoyo de sus familiares y amigos para soportar el gran dolor.
Pese a su delicada situación, esta madre realizó un gran esfuerzo para acudir a declarar el pasado miércoles ante el juez. Un esfuerzo monumental con el único fin que ahora tiene toda la familia en mente, que este atroz crimen sea condenado con la máxima pena posible.
En este sentido, la abogada de la acusación particular ha avanzado que se trabajará para que se le imponga al hombre de 47 años causante de la muerte de su hijo la prisión permanente revisable, la pena mayor que contempla el Código Penal español.
«Está muy claro que es un caso de violencia vicaria y además con el quebrantamiento de condena contra ella», ha recordado Albero que ahora se va a centrar en la instrucción del caso para que no quede ningún cabo suelto.
Tras las declaraciones de los padres de Jordi y de varios testigos, entre ellos el agente de la Guardia Civil que acudió al domicilio donde se produjo el asesinato del menor, ahora el proceso se centrará en la práctica de la prueba.
Un caso que cuenta ya con la confesión del investigado que relató ante el titular del juzgado número 4 de Sueca todos los detalles del horrible crimen. José Antonio explicó con total frialdad, según los testigos, cómo acabó a cuchilladas con la vida de su único hijo.
La actitud fría y sin mostrar un ápice de arrepentimiento que sorprendió tras su detención por la Guardia Civil el día 3 de abril se ha mantenido también en su puesta a disposición judicial donde no ha negado ni justificado su macabra actuación. Tampoco influyeron sobre este hombre los gritos e insultos que decenas de vecinos de Sueca le dedicaron durante su entrada a la sede judicial, pocos minutos antes de que tuviera que presentarse ante el juez especializado en Violencia de Género.
Un juez que ha abierto causa contra él por cuatro delitos, el de asesinato de un menor pero también tres relacionados con su expareja, quebrantamiento continuado de condena, maltrato y maltrato psicológico. Cabe recordar que este hombre ya había sido condenado el año pasado por un delito de violencia de género y condenado a trabajos a la comunidad además de tener una orden de alejamiento de María Dolores. Orden que no respetaba ya que la acosaba y seguía maltratando psicológicamente.
Desde el miércoles por la tarde, José Antonio se encuentra en la prisión de Picassent a la espera de que se celebre el juicio en el que al menos la acusación particular solicitará para él una condena de prisión permanente revisable. Todavía habrá que esperar para conocer la calificación que realiza la Fiscalía sobre este caso que ha supuesto un punto de inflexión en el sistema judicial valenciano.
La falta de coordinación entre juzgados, el de violencia decretó la suspensión de la custodia para este hombre y posteriormente otro juzgado de Sueca ratificó el convenio de divorcio en el que sí se incluía una custodia compartida (que no se cumplía por las partes), ha generado un debate entre juristas y administraciones que puede suponer un avance para mejorar el sistema de alertas de los juzgados para asegurar la protección de las víctimas.
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