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Juan Carlos Alonso
Valencia
Viernes, 11 de abril 2025, 13:08
En los últimos años, el running ha dejado de ser una disciplina exclusivamente reservada a deportistas de élite o veteranos. Las pruebas de media maratón ( ... 21K) y maratón completa (42K) se han popularizado entre corredores aficionados, que se inician en el mundo del running con ilusión pero también, en ocasiones, con una preparación insuficiente.
Junto a esta expansión de la disciplina y con un calendario cada vez más nutrido de este tipo de competiciones, especialmente en la primavera, ciudades de todo el país acogen eventos que desafían la resistencia y la preparación de los que se animan a participar en ellas. En competiciones de tal magnitud y nivel de exigencia es importante tener en cuenta el impacto que estas pueden generar en nuestro cuerpo, como también seguir una serie de consejos para prevenir lesiones y conseguir un mayor rendimiento a largo plazo.
«La práctica intensa y repetitiva del running puede derivar en tendinitis, sobrecargas musculares y afecciones articulares», advierte el doctor José Luis Castilla, especialista en Medicina Física y Rehabilitación. Su consejo es claro: una buena preparación física no es opcional, sino imprescindible.
Los impactos constantes sobre el suelo que implica correr largas distancias pueden dañar el cartílago y poner en riesgo rodillas, tobillos y caderas. «Correr implica miles de microgolpes. Si no cuidamos nuestras articulaciones, el desgaste puede ser irreversible», explica Castilla.
Para mitigar este deterioro, se recomienda reforzar la musculatura con ejercicios de fuerza, estiramientos y una nutrición adecuada. En este sentido, los suplementos que combinan colágeno hidrolizado, ácido hialurónico, cúrcuma y vitaminas han demostrado tener efectos positivos en la regeneración y lubricación articular.
Muchos corredores subestiman la importancia del trabajo previo y posterior a la carrera. Calentamientos mal ejecutados o recuperaciones inadecuadas pueden ser caldo de cultivo para todo tipo de lesiones. Los expertos insisten en que tan importante como correr es saber parar, estirar, hidratarse y dar tiempo al cuerpo para recuperarse.
El uso de aceites para masajes o cremas con efecto antiinflamatorio puede ayudar a relajar los músculos, reducir contracturas y prevenir la sobrecarga de ligamentos. Combinados con técnicas como el foam roller o masajes de descarga, son clave para mantener el cuerpo en condiciones óptimas y prevenir molestias.
Más allá de lo comentado anteriormente, como la suplementación o la fisioterapia, los expertos coinciden en un mensaje fundamental: aprender a escuchar al cuerpo. El dolor, la fatiga extrema o la pérdida de movilidad son señales de alarma y deberían tenerse siempre en cuenta.
Bien es cierto que el cuerpo avisa, pero también hay que querer escucharlo. Innumerables son los casos en los que el paciente en cuestión llega a consulta cuando el daño ya está hecho, situación que se podría haber evitado con prevención.
El running es una fuente inagotable de bienestar, tanto físico como mental, pero para disfrutar de él a largo plazo es esencial asumirlo con responsabilidad y conocimiento. Una práctica más consciente, acompañada de buena preparación y cuidado articular, puede marcar la diferencia entre una experiencia disfrutable y una lesión evitable.
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