El running, un gran aliado para los asmáticos

Los beneficios que el running ofrece a los asmáticos respecto a otros deportes son de tres tipos: físicos, mentales y sociales. Pero advierte de que, primero, «el paciente debe tener el asma controlada por un especialista o médico de cabecera». Una vez hecho esto, la persona con asma podrá empezar a hacer ejercicio no intenso y gradual, que le permitirá dilatar los bronquios. «El running y su progresividad fomentan una dinámica que ayuda a respirar, y a conjugar capacidad cardiovascular y respiratoria», explica.

Para saber cómo de controlada se tiene el asma, un buen indicador son una serie de tests de control de asma que el paciente realiza con el especialista. Estos ayudan a que el asma no reduzca la calidad de vida, impida el esfuerzo físico habitual, el ocio o las relaciones personales.

Otro beneficio físico que el running ofrece a los asmáticos es el entrenar el control de su respiración, lo cual suele ser parte del tratamiento junto a la medicación. «Si interiorizas esto en condiciones normales, corriendo durante unos minutos, te servirá en experiencias peores», explica, en referencia a los ataques de asma.

En cuanto a la salud mental, Navarro señala que el running permite hacer tiempo para uno mismo y para reflexionar. «Respecto al aspecto social, es que es un deporte en el que vas a conocer a gente con tus problemas de salud y con otros, y con los mismos intereses que tú», argumenta. Por lo tanto, ofrece varios consejos sobre cómo hacer running con asma.

Lo primero de todo es contactar con un entrenador personal que elabore un plan de entrenamiento personalizado. «No tiene por qué ser individual, puede ser en grupos, y es posible encontrar a personas con problemas de salud similares a los tuyos», razona. Después, durante la carrera, es necesario tener en cuenta algunos factores, como la temperatura. «El frío causa asma por la entrada brusca de aire frío en la vía respiratoria, por lo que hay que ir bien abrigado y empezar a hacer ejercicio gradualmente», recomienda.

También es necesario tener en cuenta la estación del año y el tiempo meteorológico. Por ejemplo, una persona asmática con alergia al polen debería evitar salir a correr los días ventosos de primavera. Se puede utilizar una mascarilla para poner una barrera entre este alérgeno y las vías respiratorias, pero el doctor recomienda no salir para evitar posibles riesgos. El tiempo tormentoso, frecuente entre agosto y septiembre, también puede causar ataques de asma.

El momento del día en que salir a correr es un factor que considerar, pues «cuando cambia la temperatura, con los primeros rayos de sol, hay más polen porque suele saltar al aire». Por esto, recomienda hacer running por la mañana o por la tarde-noche. Concluye hablando de Miguel Indurain, que «era alérgico y padecía un asma bronquial», un buen ejemplo de cómo el ejercicio aeróbico puede ayudar a mejorar la salud de las personas con asma.