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Impresionantes imágenes de los Frares de Quatretondeta. JAVIER OLIVER

Hacia els Frares de Quatretondeta: las impresionantes agujas de la Sierra de la Serrella

Una propuesta de 6,8 kilómetros de distancia para maravillarse con las gigantes rocas levantadas a 50 metros de altura

Juan porta martí de veses

Valencia

Viernes, 25 de febrero 2022, 12:12

La Sierra de la Serrella, situada en pleno Pirineo alicantino, es una de las cumbres más impresionantes de la provincia de Alicante. En su cara norte, la erosión y el viento han formado un espectacular paisaje de gigantes rocas calizas de 50 metros a la altura del municipio de Quatretondeta. Estas rocas también son llamadas Frares por su parecido en su formación geológica a unos frailes (frares en valenciano) que han sido esculpidos por el agua y el viento durante milenios dejando un paisaje atípico.

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Para visitar y conocer este paraje natural protegido por la Comunitat, presentamos una ruta lineal de dos horas con un recorrido de 6,8 kilómetros aunque la ruta puede arrancar desde el mismo pueblo de Quatretondeta, que no Quatretonda (para los más despistados) siguiendo las indicaciones de Pequeño Recorrido (PR). El 'Camino del Clots' lleva a un depósito de agua donde se pueden dejar los coches y desde ahí empezar la ruta.

Paisaje de la ruta de les Agulles de Serrella. JAVIER OLIVER

El inicio está marcado por la majestuosa Carrasca de la tía Sofía. A partir de ahí ya hay que seguir las marcas amarillas y blancas del recorrido. Este se encuentra entre almendros y cerezos, así que si se realiza la ruta en primavera los almendros en flor se suman al encanto del paisaje. Este tramo conduce hasta la Font de L'Espinal, un buen lugar dónde hacer una primera parada. Después el camino se va estrechando hasta llegar a la microrreserva de flora Agulles dels Frares. Tras el cartel que lo indica hay que caminar 2,5 kilómetros por terreno pedregoso abandonando el PR hasta llegar a Els Frares. Esta senda no solo permite contemplar Les Agulles, sino que también se puede acceder a la Cova Foradada, que se encuentra a tan solo 500m a partir del terreno de piedra suelta.

Hay que tener cuidado con estas piedras y se aconseja utilizar un buen calzado de montaña, así como bastones de senderismo para proporcionar estabilidad y evitar esguinces o torceduras.

Cova Foradada

Una vez llegados a la Cova Foradada y pasado por dentro, se habrá alcanzado el objetivo que se traduce en unas espectaculares vistas propias del clima de alta montaña, con sus 1024 metros de altitud a las que se suman Les Agulles de la Serrella, las gigantes e inusuales rocas que se han ido formando por culpa de la karstificación y fisuración de la roca caliza y que generan un paraje digno de ser uno de los más importantes del litoral. Los montañeros que han realizado esta ruta insisten en la majestuosidad de las rocas «cuando llegas a la cima, te quedas un buen rato contemplándolas y puedes observar las diferentes siluetas que se crean pudiendo ver varias figuras.» También insisten en lo resbaladizo que es el terreno pedregoso y de la importancia de ir con buen material.

Vistas de la cima de la ruta. JAVIER OLIVER

Y para los más valientes existe la posibilidad de subir hasta la cima del Pla de la Casa. Para ello hay que continuar por el pedregal y el terreno se complica si estas piedras están húmedas y hay mucha pendiente. Tras 3,4 km y ya en una altura de 1131 metros de altitud, se encuentra la Font Roja y allí merece la pena hacer un descanso en uno de los merenderos que se pueden ver. Tras el descanso el camino mejora y vuelve a ser una pista y siguiendo el sendero se puede ver en un poste informativo que quedan 1500 metros para llegar al Pla de la Casa. En ese momento la altitud es de 1400 metros.

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Paisaje de Serrella y Pla de la Casa. JAVIER OLIVER

Las vistas de la Sierra de Aitana alientan a quien está llegando al final de la ruta. El camino estrecho y el terreno arenoso y con piedras sueltas no es para nada cómodo, pero ya queda muy poco. El último obstáculo es una pared vertical de unos cuatro metros que se ha de subir trepando para llegar a la cruz y alcanzar la cima. Los montañeros insisten en que si el tiempo no acompaña no es aconsejable llegar hasta el final, es preferible volver otro día con mejores condiciones para que el disfrute sea pleno. Respecto a la masificación, no hay problemas para realizar esta ruta ya que no es muy conocida y de momento no está muy poblada.

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