El Charco Azul de Chulilla, un remanso de aguas turquesa de la localidad, un paraíso en la comarca de Los Serranos en la provincia de Valencia. SERGIO GALLARDO

Zancadas y chapuzones en el Charco Azul de Chulilla

La comarca de Los Serranos guarda grandes zonas con paisajes idílicos para toda la familia aunque también para runners más experimentados

LOURDES MARTÍ

Valencia

Viernes, 13 de agosto 2021, 19:19

Hoy apostamos por una ruta no muy larga, para toda la familia y, sobre todo, muy refrescante. El punto de partida es la plaza de la Baronía de Chulilla. Allí dejamos el vehículo y tras comprobar que en las mochilas llevamos agua, algo de bebida isotónica y un poco de fruta, bajamos por las calles de Santa Bárbara y Las Cuevas.

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Ruta del Chaco Azul y Peña Judía. WIKILOC

Apenas son las 8:30 horas y el calor ya aprieta. El cañón del río Turia, en el inicio del sendero SL-CV72 marca nuestro camino. Nos envuelven unas enormes pareces de roca que custodian un menudo charco donde nos damos el primer baño de la mañana. Las aguas cristalinas invitan a ello. Han pasado poco más de 30 minutos desde que salimos del coche andando, los que van al trote han tardado alrededor de un cuarto de hora en llegar.

La única dificultad que encontramos en el recorrido es alguna subida en la zona de sombreada por la vegetación dentro de un cañón.

Intensa vegetación en la falda de las rocosas paredes de la zona. S. G.

El río Turia marca nuestro camino a continuación. Una senda que discurre en paralelo nos lleva hasta el majestuoso Charco Azul, un azud que en el siglo XII crearon los árabes y cuya función está relacionada con el regadío de las huertas.

Se pueden observar en algunas paredes pasarelas de madera que se encuentran en ruinas desde 1989 cuando las riadas de aquel año se las llevaron por delante.

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Este recorrido tiene unos cuatro kilómetros y está totalmente señalizado. Aunque es una gozada disfrutarlo en verano, desde el consistorio de la localidad de Chulilla invitan a verlo en primavera tanto por las temperaturas, que son suaves, como por las características de la vegetación que envuelve este maravilloso paraje natural.

A partir de este punto existe la posibilidad de andar sobre nuestros pasos de regreso al coche o apostar por la Ruta de los Puentes Colgantes. Este tramo es un poco más complicado y no es apto para aquellos que tengan vértigo. Si se realiza esta ruta se pueden alcanzar los 15 kilómetros que ya son una distancia considerable.

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