La DGT aclara cuál es la postura correcta al volante

Dirección General de Tráfico (DGT) se ha pronunciado en sus redes sociales sobre una de las actitudes al volante en la que más errores se suelen cometer. Se trata, de hecho, de la primera de todas: la manera en la que nos sentamos en el vehículo. Es uno de los aspectos más importantes a la hora de conducir, ya que afecta directamente a la manera en la que el conductor puede responder a los estímulos de la vía y reaccionar ante posibles imprevistos.

Tráfico recuerda además un detalle importante respecto a la posición a la hora que conducir: se debe revisar el asiento cada vez que se suba al vehículo si este se comparte con otros conductores. Hay que 'personalizar' el volante antes de iniciar la conducción, para lo cual hay que seguir unos sencillos pasos. Una especie de 'ritual' para conseguir la postura perfecta para cada persona, que según la DGT consta de estos pasos:

Lo primero que se debe revisar es la distancia entre el asiento y el volante: debe haber el espacio suficiente para que el conductor pueda moverse con comodidad. «Los brazos ligeramente flexionados son señal de que la distancia del asiento al volante es correcta», explica la DGT en su tuit.

Además. las piernas deben quedar «semiflexionadas» para que se pueda pisar el pedal de embrague a fondo con un simple «movimiento de tobillo». La altura del asiento también debe tenerse en cuenta: los ojos del conductor deben estar a la altura del parabrisas para poder tener máxima visibilidad.

La DGT informa de que la «inclinación idónea del respaldo debe ser casi vertical», de manera que la postura evite dolores de espalda y fatiga durante la conducción. El organismo advierte de que una inclinacion demasiado pronunciada hacia atrás puede provocar el 'efecto submarino': el cuerpo se desliza por debajo del cinturón y el movimiento de los brazos pierde eficacia. Además, esta postura incorrecta también resta efectividad al cinturón de seguridad y al reposacabezas ante posibles golpes, por lo que aumenta el riesgo de sufrir un latigazo cervical.

Para encontrar la inclinación idónea hay que sentarse apoyando los hombros y la espalda en el respaldo, de manera que los brazos queden medio flexionados al coger el volante y las muñecas puedan apoyarse sobre él.

Es preciso ajustar la altura y profundidad del volante para que el conductor pueda maniobrar con comodidad, por lo que no debe estar muy alto ni muy bajo. Como ocurre con el respaldo, siempre hay que regirse por la flexibilidad en los brazos para regular la distancia.

«La parte trasera de la cabeza debe quedar sobre el centro del reposacabezas» para que esté bien colocado. La DGT recuerda que «es un elemento de seguridad, no de confort», por lo que debe situarse «a 4-5 centímetros, sin apoyar» para no causar lesiones cervicales graves.

El espejo interior se debe regular con la mano derecha y la espalda apoyada, de manera que podamos ver la luneta trasera. Los espejos laterales tienen que mantenerse lo más abierto posible y evitando los ángulos muertos.

La altura depende de la del propio conductor, pero «debe partir justo por encima del hombro izquierdo, siempre ceñido al cuerpo», según la DGT.