Comprar un vehículo de segunda mano es una alternativa popular para quienes buscan ahorrar dinero sin renunciar a la funcionalidad. Sin embargo, este proceso puede ser más complejo de lo que parece a simple vista. Desde la evaluación del estado del coche hasta la correcta gestión administrativa, es fundamental seguir ciertos pasos para garantizar una transacción segura y libre de sorpresas.
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Uno de los puntos clave al adquirir un vehículo usado es verificar que esté en buen estado y sea legalmente transferible. Además, es crucial conocer las posibles cargas asociadas, como impuestos no pagados, sanciones pendientes o embargos, que podrían complicar la compra. Para ello, la Dirección General de Tráfico (DGT) ofrece herramientas y consejos que ayudan a los compradores a realizar una transacción transparente y segura.
El proceso de compra de un coche de segunda mano comienza con la firma de un contrato de compraventa que debe incluir datos esenciales del comprador, vendedor y vehículo, además del precio y la fecha de la transacción. Posteriormente, se debe liquidar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (IPT) y realizar el cambio de titularidad en la DGT, un trámite que tiene un coste de 55,70 euros para vehículos y de 27,85 euros para ciclomotores.
Para asegurarse de que el coche es transferible y no tiene impedimentos legales, la DGT recomienda solicitar un informe reducido del estado del vehículo. Este informe, que es gratuito, permite confirmar si el coche está dado de alta y libre de cargas como sanciones, impuestos impagados o embargos. En caso de encontrar incidencias, se aconseja solicitar un informe detallado antes de proceder con la compra.
La DGT ha emitido un aviso dirigido a los compradores de vehículos de segunda mano, enfatizando la importancia de comprobar varios aspectos clave antes de finalizar la transacción. Entre las recomendaciones más destacadas se encuentran:
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- Estado del vehículo. Es fundamental realizar una inspección visual del coche a la luz del día y, si es posible, contar con la revisión de un profesional. Se deben verificar aspectos como la pintura, los neumáticos, los cinturones de seguridad y el funcionamiento del motor.
- Prueba en carretera. Conducir el coche antes de comprarlo es esencial para detectar ruidos o problemas mecánicos.
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- Informe detallad. Este documento incluye información administrativa, técnica y judicial del vehículo, como revisiones realizadas, inspección técnica vigente y posibles reparaciones registradas en el libro digital de mantenimiento.
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- Cambio de titularidad. Una vez adquirido, el comprador tiene 30 días para realizar el cambio de titularidad en la DGT. No hacerlo dentro de este plazo podría acarrear sanciones y problemas legales.
Desde el organismo recuerdan, además, que un vehículo con impuestos locales pendientes, sanciones no abonadas o embargos no puede ser transferido. En estos casos, es imprescindible que el vendedor regularice la situación antes de la compraventa. Si el comprador detecta cualquier irregularidad, puede acudir a las oficinas de la DGT para resolver sus dudas y asegurarse de que el vehículo cumple con todos los requisitos legales.
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