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Rosa Mira, junto a su esposo en una 10K Valencia Ibercaja. LP
«Corrí mi primera 10K a los 61 años»

«Corrí mi primera 10K a los 61 años»

Rosa Mira empezó a practicar ejercicio de forma regular a los 58 y ahora desea que llegue la jubilación para dedicarle más tiempo a una actividad que le ha permitido incluso olvidarse de sus problemas de circulación como las varices

Lourdes Martí

Valencia

Lunes, 29 de enero 2024, 01:17

Le gustaba jugar a voleibol. Pero en los años 70 la sociedad, la vida, las circunstancias en general no permitían tener esa continuidad que permite mejorar en un deporte. Rosa Mira (Alberic, 1958) aparcó la actividad física durante algún tiempo. Un paréntesis que se prolongó demasiados años en una vida de una persona en la que éste siempre ha sido uno de los pilares de su vida. Tuvo tres hijos, Vicent, Rubén y Robert y los tres estudiaron el equivalente al actual grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.

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«El deporte siempre ha estado presente en casa, los niños han jugado siempre a fútbol, como su padre y todos estudiaron lo mismo aunque cada uno ha dirigido su vida profesional por varios caminos», explica. El mayor, Vicent, es profesor y el pequeño, Robert, hizo también fisioterapia y osteopatía. Rubén, por su parte es entrenador y se montó un centro deportivo, Sanus Vitae: «Le dije que me gustaría volver a correr y me dispuso un plan, al principio caminaba cinco minutos y corría dos». En 2015, su marido y sus hijos participaron en la extinta carrera de relevos Ekiden. «Los vi y les dije que el siguiente año iba a participar yo con ellos. Fueron cinco kilómetros y los disfruté mucho», recuerda.

Reconoce que entrenarse con un «objetivo» en mente es «más motivador» que hacerlo sin reto a corto plazo. A los 61 años llegó su gran carrera: «Corrí la 10K». Y ya no abandonó la distancia: «La corremos todos los años, más kilómetros no me atrevo. Mi reto es ir mejorando año tras año, en la edición del pasado enero corrí en 68 minutos. Vamos poco a poco».

Mira trabaja en una fábrica de sofás mientras su marido está jubilado. Él es su máximo apoyo: «Me acompaña un montón, si tengo que ir al turno de tarde, nos organizamos para entrenar por la mañana y si no lo hacemos al revés. Tenemos que acoplarnos». Combina sus entrenamientos en carrera con otro tipo de entrenamiento: «Rubén nos preparó una tabla de ejercicios fuerza y hacemos tres días una cosa y dos otra, trabajamos en el garaje de casa también técnica de carrera, para mejorar el equilibrio…».

Rosa Mira, junto a uno de sus hijos tras completar su primera Ekiden. LP

Sobre cómo ha cambiado su vida desde que empezó a correr, Mira transmite energía: «Físicamente estoy muy bien, no he perdido peso pero volumen sí, el cuerpo me ha cambiado. Me noto menos pesada, mejor, no tengo nada de colesterol y eso me motiva mucho más».

Su trabajo le obliga a permanecer varias horas sentada. Esta circunstancia, entre otras, le provocó algunas dolencias en sus piernas que fueron mejorando a medida que ha introducido el deporte en su vida: «Tenía varices y me molestaban mucho, fui al médico y me dijo que me tenía que operar, quise posponer al máximo la cirugía e intentaba aliviar el dolor con medias compresivas, pero empecé a correr y a los dos años cuando me volvió a ver me dijo que me iba a dar de alta, que le avisase si volvía a tener dolor. Pero estoy de maravilla», subraya.

Para su entorno, amigos y familiares, Mira y su marido son un ejemplo a seguir, sobre todo por su constancia: «Algunos nos dicen que estamos locos y otros nos comentan que está muy bien lo que hacemos. La cuestión es que muchas amigas por ejemplo hacen yoga, pilates pero lo hacen una temporada, no son constantes», matiza. Sí que comparte con ellos salidas senderistas cada cierto tiempo.

Con 65 años recién cumplidos piensa en el tiempo que le queda para la jubilación: «Cuando ya no tenga que trabajar, podré dedicarle más horas a entrenarme y a practicar más deporte, algo que me llena de vitalidad».

La experiencia de personas como Mira refrendan las reflexiones que José Garay, entrenador y escritor de la newsletter Saltar el Muro realizó para LAS PROVINCIAS, en un reportaje disponible aquí y cuyas conclusiones pueden resumirse en las siguientes declaraciones: « El deporte es salud, es calidad de vida, es diversión, aumenta la socialización, aumenta la autoestima, en definitiva mejora el día a día de las personas. En el caso específico de las personas mayores son capaces de darse cuenta de que pueden hacer cosas que les costaba antes que van desde subir las escaleras hasta llevar la compra».

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