Clara Alfonso
Valencia
Jueves, 4 de mayo 2023, 18:51
A lo largo de la historia, los símbolos han demostrado ser un instrumento valioso para comunicar mensajes y facilitar la identificación de lugares y situaciones. Pueden incluir formas, colores o frases y han permitido que los mensajes trasciendan a través de los siglos, siendo una parte muy importante de nuestra cultura.
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Si nos fijamos en nuestro entorno, podemos ver ejemplos de simbología en todas partes. Por ejemplo, los muñecos que se colocan en las puertas de los baños indican cuál es para hombres y cuál es para mujeres, los pictogramas en los aeropuertos, indican la salida de emergencia o el camino hacia la sala de abordaje. Incluso las marcas comerciales utilizan símbolos para identificar sus productos, como el logotipo de la manzana de Apple o la inconfundible 'M' amarilla de McDonald's.
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A pesar de que algunos de ellos llaman nuestra atención, no solemos preguntarnos cuál es su origen. Uno de los símbolos que más vemos últimamente colgado en el exterior de muchas peluquerías, es un poste bicolor. Este elemento, que suele ser rojo, azul y blanco, tiene un significado especial y se ha convertido en un símbolo icónico de las peluquerías en todo el mundo.
Este poste se llama 'barber pole' y detrás de él se esconde una historia muy interesante. Alrededor del siglo XII, los barberos eran también cirujanos y dentistas, y utilizaban un poste con tiras de tela enroscadas para secar la sangre de sus clientes después de realizar una extracción de dientes o una sangría. Esto fue debido a que, por órdenes del Papa Alejandro III, en 1163 se prohibió que los clérigos llevasen a cabo estas sangrías, un procedimiento con el que se pretendía drenar la sangre y tratar dolencias como dolores de garganta o incluso la peste.
En este contexto, se cree que estos postes se comenzaron a utilizar para simbolizar los diferentes servicios que se ofrecían en aquellos locales. El rojo representaba las sangrías, el blanco refería a las vendas de heridas o los torniquetes, y el azul representaba las venas de una persona. Por suerte, a mediados del siglo XVI, los peluqueros o barberos dejaron de realizar cirugías y quedaron relegados a sus labores actuales.
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A pesar de ello, este poste bicolor sigue siendo un símbolo importante en la cultura de las peluquerías. Además de representar la identidad del negocio, sirve como elemento decorativo y agrega un toque de nostalgia y tradición a las peluquerías modernas.
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